Fuimos juntos a los Pirineos. Es mi amigo y mi presidente de la Real Academia de San Romualdo. Un caballero. Lo pasamos tan bien... Aquí estamos sentados en un no sé cómo llamarlo de un pequeño pueblo, que ni eso, del camino a Lourdes. Habíamos llegado desde la carreterita de los Pirineos franceses, con el bosque encima, las hondas gargantas y un esplendor vegetal inusitado.
Íbamos a Lourdes, y a Andorra. Todo me resultaba conocido por la espléndida novela de Amaya Zulueta, lamentablemente inédita, sobre Oloron... Y el amor.
Siempre será una imagen emocionante...
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