sábado, 31 de diciembre de 2011

LA ALEGRÍA DEL NACIMIENTO

Gente buena, generosa, desprendida... Mariana Cornejo, Pepi la de Inacio, Carmen de la Jara, Caracolillo de Cádiz y quienes se alegran porque va a nacer el Niño, la Esperanza de la Paz, el Amor y la Justicia, que es la verdadera Navidad. 

Me salen las lágrimas a mirar esta entrega, este caudal de arte que se regala por la Gracia de Dios.


Benditas sean, benditos sean los flamencos de Cádiz, la gente buena... 
Bendita sea siempre la alegría.

lunes, 26 de diciembre de 2011

FELIZ NAVIDAD

He tenido la inmensa suerte de estar en Belén, entrar por la puerta de la humildad y besar la piedra en donde una tradición multisecular afirma que nació el hijo de José y de María, el Cristo que había sido enviado por Dios para nuestra salvación. 

También he tenido la fortuna de ver los Giotto de Florencia. Europa, el ancho mundo, sin ese Misterio de Belén, no sería como hoy es, con todo el rosario de catástrofes, con esta procesión de desafueros. Belén representa el momento inaugural y esa familia modesta elegida por Dios como instrumento de su plan salvífico que este Giotto maravilloso expresa, es la mirada, nuestra mirada al horizonte de la esperanza, la certidumbre de que existe y ha sido hecha para nosotros, las almas errantes de este valle de lágrimas que es la vida.

 
Feliz Navidad...

miércoles, 14 de diciembre de 2011

SANLÚCAR DE BARRAMEDA, LA PLAZA DEL PESCADO Y EL MARISCO


Sanlúcar de Barrameda
La plaza...

SANLÚCAR DE BARRAMEDA ANOCHECIDA DESDE EL PALACIO DUCAL


En estos días la tarde cae en un momento, como un precioso objeto de cristal. De pronto la grisura e inmediatamente la noche. 

En Sanlúcar de Barrameda, desde la terraza del palacio ducal de los Medina Sidonia, se veía la ciudad de hoy, tan distinta a aquella otra que hizo suspirar a mi buen amigo Guillermo Morón, el gran historiador venezolano, recordando los legajos mirados y escudriñados para su Historia General de América en donde aparecía el nombre de Sanlúcar. Visión que siempre se me sobrepone a la de mi también amigo José Manuel Caballero Bonald, que ve por Bonanza el sinfín de barcos del siglo XVII, esperando la autorización para llegar hasta Sevilla, que tenía por privilegio real el monopolio de Indias...


Sanlúcar de Barrameda...

domingo, 4 de diciembre de 2011

EMILIO JIMÉNEZ PÁEZ

Pronto veremos en una exposición su última obra. 
Me ha sorprendido el ingenio y la originalidad. 
La Isla, su pueblo y el mío, es el escenario de Tintin... 

¿Qué les parece? A mí, genial.

Emilio Jiménez Páez... ¡Felicidades!


                                                                   Castillo de San Romualdo

                                                                  Mercado Central
  Iglesia Mayor de San Pedro y San Pablo

                                                                                                        Teatro de las Cortes

                                               Playa de Camposoto, Castillo de Sancti-Petri

COLCHONERO...

Me envían la vieja foto llena de nostalgia del tiempo en que el fútbol era muy diferente. Yo lo recuerdo siempre como si fuera ayer. Y me la envían porque se sabe que soy "colchonero", que en sí mismo ya es una forma de descalificar. Pero vale, soy del Atlético de Madrid. Siempre lo he dicho, siempre lo digo. Y cuando me han preguntado decía que recordaba los tiempos de Luis Aragonés... Pero la foto me ha abierto el corazón tapado de los recuerdos y las razones.
 
Yo vi jugar en el San Fernando a Miguel Martínez, era un jugador impresionante de fuerza, de técnica. Debió venir cedido del Betis cuando el C.D. San Fernando jugaba en Segunda, época gloriosa de la ciudad, mire usted por donde. Tras una temporada, o dos, eso no lo recuerdo bien, volvió al Betis y del Betis al Atlético de Madrid... Antes se había enamorado de una cañaílla muy guapa, hija de Juan Márquez Bénitez. Se casaron y tuvieron un hijo.

De un blog atlético tomo la historia final de Miguel Martínez...

"El caso del jugador del Atlético de Madrid, Miguel Martínez, fue uno de los más dramáticos, al permanecer durante ocho años en coma profundo, Martínez que fichó por los rojiblancos, procedente del Real Betis Balompié, llegó al club Atlético junto a Luis Aragonés, el cual estuvo cedido durante una temporada al conjunto verdiblanco. Pero la fortuna le jugó una mala pasada a Martínez. Durante una gira del Atlético de Madrid por Uruguay, y en un partido que disputaba frente al Peñarol de Montevideo, el 10 de julio de 1964, el jugador sufrió un mareo, que al día siguiente se tradujo en un coma profundo del que no se pudo recuperar. Miguel Martínez moría en una clínica madrileña, ocho años más tarde, concretamente el 28 de septiembre de 1972."

El autor de este texto se firma como Fernanda. No cuenta que en La Isla, la ciudad natal de la mujer de Miguel Martínez, se vivió ese accidente como un drama, como un dolor que compartíamos todos. Y su muerte fue un paño de tristeza sobre San Fernando.

Sí, la vida es un trenzado de recuerdos tristes y de razones ignotas por las cuales uno es de su padre y de su madre, y de aquí o de allá, y de mañana o de ayer. O de nunca.

Yo soy del Atlético de Madrid. Por Miguel Martínez, por aquella infancia en el Marqués de Varela, a quien mi inolvidable Fernando Miranda siempre llamaba el viejo Madariaga... Y porque me da la gana, porque ser de Atletico de Madrid es estar licenciado en sufrimientos, diplomado en lágrimas y doctor en alegrías... colchoneras.

Por eso.


Colchonero...

martes, 29 de noviembre de 2011

UNA CIUDAD, UN GRABADO

Hace ya años, cómo pasa el tiempo... Pero Nuremberg formó parte del impacto emocional e intelectual que significó para mí la primera visita a la Alemania del Sur. Entramos por Zurich y previa contemplación de las cataratas fronteras, llegamos a la Selva Negra. Los lagos alpinos, los pequeños pueblos de montaña con sus balcones llenos de geráneos florecidos, los verdes del bosque, el aire de las cumbres, los cielos sin nubes preludiaban un encuentro con las grandes ciudades bávaras, y las medianas. No salía de mi entusiasmo. 

Ahora encuentro este viejo grabado de Nvremberga, puede que de Durero, maravilloso. Y me pregunto lo de siempre, el amor que se pone en el arte es proporcional al amor que el arte recibe. 

Envidio los ojos medievales que no pudieron ver el horror de esos años que nunca, desgraciadamente, se despegarán de la piel de esta gran nación, este gran pueblo que es Alemania. Porque ciudades maravillosas como Nuremberg tienen impreso a fuego haber participado en aquella infamia sin redención.


domingo, 27 de noviembre de 2011

EN LA VENTANA

18:30. Domingo 27 de noviembre 2011.

Se acaban de ir Claudia y Rodrigo con sus padres. Me asomo a la ventana. Inmediatamente salgo corriendo en busca de la cámara. Hago estas instantáneas. Me dicen: lloverá mañana. Pero esta belleza, en la ventana, cómo es posible no apresarla... Es que sé que todo lo bello es fugitivo y que el hombre histórico ha querido aprehenderlo desde los inicios. Así las estrellas fugaces, así las noches de luna llena, así los atardeceres, los amaneceres... Hemos mirado tanto tiempo para arriba, en donde pusieron el cielo -¿y el infierno?- cuando nadie se atrevió a decir que el cielo -y el infierno- eran los otros. O sea mucho antes de Sartre, mucho antes de la nihilidad. Por eso esta tarde, hace tan poco, estos carmines, estos púrpuras, estos rojos, estos malvas, esta paleta del sobrecogimiento, oh, sobre el mar de Cádiz, frente a mi ventana...

Espero no haber blasfemado robando las instantáneas del arrebol, las imágenes de esta belleza efímera que es el vivir cotidiano...


                                                                                                                                                      📷 EMS

jueves, 10 de noviembre de 2011

PARIS, CEMENTERIO DE MONTPARNASSE

Nos llevó Mercedes. Creo que salió de ella porque no recuerdo habérselo pedido. Pero Mercedes sabía que me haría muy feliz el poder ir a la sepultura de César Vallejo, mi poeta emocionante. La mañana en París era radiante, como si fuera verdad lo que nos dijo, que habíamos llevado el sol de Cádiz porque desde 1900 no se conocía un septiembre final con esta luz, esta claridad cercana a donde miro. Entré agitado en ese cementerio grande en donde están las sepulturas de Saint-Säens y César Franck, entre otras muchas, como la de Julio Cortázar. París siempre es la otra patria de los que escribimos y soñamos...

Tardamos mucho en encontrar a César Vallejo (en verdad si no es por Macamen, que le preguntó a un jardinero del cementerio, no sé si lo hubiéramos hallado). Yo me tuve que sentar en la sepultura de al lado y poner mis manos sobre la piedra blanca sobre la piedra negra en donde está la parte de acá de Vallejo. Porque Vallejo está en mi casa y en el mundo entero. Está en la inmortalidad de la memoria y del hallazgo. Mercedes y Marina y Macamen y yo nos quedamos mirando lo que escribió Georgette, tan vallejiano. Hicimos las fotos y estuve allí pensando en nada, metido en una pompa de melancolía sin querer irme bajo la frescura de una sombra de árbol o quizá de una cruz alta de piedra que estuviera cercana.

César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro
también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos...


Una parte de mi se quedaba allí para siempre, en Montparnasse. Ahora, aquí, pienso en la generosidad de Mercedes y en su amistad verdadera.



J'AI TANT NEIGÉ
POUR QUE TU DORMES

GEORGETTE


















miércoles, 9 de noviembre de 2011

MONTPARNASSE PERO NO, MONTMARTRE...

Subir a Montparnasse es obligado. Primero se entra en la basílica del Sacre Coeur, y se recupera uno de la subida, penosa siempre con sol de París, sentado en uno de los bancos. Se celebraba una eucaristía. Un sacerdote africano presidía. Dos religiosas de voces angélicas cantaban la misa. Había recogimiento, respeto, pese al trasiego de turistas con sus cámaras digitales. Y cuando se sale, bajando la escalinata hacia la antigua iglesia románica, tan humilde, se llega a la plaza en donde están los pintores. Unos pintan ajenos al tráfago, otros esperan vender sus lienzos. Y los bares circundantes venden carísimas las cervezas frías. Desde esa atalaya se descubre el secreto del atractivo de Montparnasse, este París de la altura, discreto, modesto, pueblerino...

Me encantó subir y luego bajar hacia un restaurante del boulevard, donde nos dieron una carne "grillé au point" muy sabrosa, con el vino de la semana, o del día, ya no sé. Un vino del Loira tinto en una pequeña jarra, sí, muy bueno... La pena fue no poder comprar el cuadro, el coche negro, magnífico... Y no me dejaron hacerle la foto, pero ya la había hecho.

Oh, Paris... Siempre Paris...

                                                                                                                                                       📷 EMS


















(Ahora leo a mi amiga Mercedes... Ay, me he confundido con los Monts, me dice... Lo ignoro pero es posible que Montparnasse, a donde me llevó, para rezarle a César Vallejo por la Madre España, para que no caiga -digo, es un decir- dejara una huella tan honda en mi ánimo que Montmartre se abajara a esa altura de París en donde duermen los músicas, los poetas, los prohombres que un día tuvieron la voz y la palabra... Me encanta que cuide por mi la amiga fiel de tantos años, mi siempre cercana Mercedes... Modifico el título, pero sólo un poco... Sonrío...)

jueves, 3 de noviembre de 2011

FERROL, EL FERROL

El viejo Ferrol, la ciudad departamental, hermana de la antigua Real Isla de León y de Cartagena, el trío estratégico de la Armada del Rey de España, se deslizaba por el tobogán de una vieja montaña de Galicia sobre la ría de su nombre. En un extremo, el mar, el viejo puerto; en el contrario la tierra húmeda y fértil de Galicia, sembrada de coles sobre altos tallos, manzanos y maizales... En la orilla a resguardo de ingleses y enemigos, el Arsenal, con los barcos atracados que ahora son de acero pintado de gris y tecnologías pero que durante mucho fueron de grandes velámenes, maderas y jarcias con ventanas con cañones... Si nos detenemos en sus calles de nombres inolvidables -María, Magdalena, Dolores, Real-  podemos oír el inexistente silbido de los contramaestres y las voces de órdenes de los oficiales...

Ese Ferrol recoleto, recogido, alargado y declinante, o ascendente, sobre las faldas del monte que corona Canido y Catabois, tuvo sus días de sol en octubre como sus días de gloria en otros siglos. Las restauradas casas modernistas, las calles, las plazas, la vista de la ría... Conmigo vais, mi corazón os lleva (también yo digo tomando las palabras del poeta de los Campos de Castilla).

📷 EMS


Ferrol, El Ferrol...