miércoles, 4 de abril de 2007

El PInsapar / EL AGUA DE LOS RÍOS


______ El agua de los ríos

Viendo las imágenes del Ebro desbordado, de los pantanos desaguando, los campos inundados; mirando atónito la gran riada, inevitablemente he recordado las otras imágenes de tierras secas, pueblos sedientos y desesperación. Pero ni aun así arrían las posturas, el agua de los ríos es para la mar, como en el poema manriqueño, imagen de la muerte.

Ni en esto podemos llegar a un acuerdo. Digo sobre un trasvase, el agua que sale al mar desproporcionadamente, cuando a las tierras secas les daría la vida que no tienen. Pues imposible, ya decía. Los ríos –en Andalucía hay algo de esto también, no nos hemos librado de la maldición- son, porcentualmente, de... las comunidades autónomas por donde pasa. Como casi todo. El mecanismo de establecer un marco legal para un territorio ha creado “un pueblo” antes inexistente, y una propiedad. Territorio, pueblo, autodeterminación. El agua es mía, el cielo es mío. Lo mío es mío. ¿España? Esto es España, que Aragón (49,53%) y Cataluña(17,58%) se apropien del Ebro, río de nueve Comunidades Autónomas, 18 provincias, 1715 municipios con término dentro de la cuenca y 2.767.103 habitantes empadronados en los términos municipales con capital dentro de la cuenca. Y aquí no pasa nada. El agua del Levante que no se trasvasa, si el Levante con el Poniente más el Norte con el Sur es España, es la que le llegue al Levante y si no le llega que se conformen, que en el conformarse está la felicidad.

Viendo las imágenes del Ebro desbordado, los pueblos en peligro de ser inundados, los campos y caminos cubiertos de agua, he pensado en esa negativa de los actuales propietarios de los ríos, que no es España, insisto, porque España casi ni es de no ser lo que debería, digo esta contumacia, esta insistencia en lo irreconciliable: el agua de los ríos tiene que ir al mar, para cumplir su ciclo. Como si se tratara de lo contrario y el agua no llevara siempre el mismo recorrido, el mismo ciclo. Pero no, el agua que pretenden quitarle a aragoneses, catalanes y navarros los levantinos es para hacer campos de golf y alimentarle la bolsa, más todavía, al Ladrillo. Y tan campantes. Los campos yermos de muchos años, los árboles muertos en pie, la desesperación de las huertas y la sed construyen el imaginario de la España de mañana: cada uno para su bolsa.

Digo yo, después de lo visto estos días: ¿no sería posible constituir un comité de expertos que estudien de verdad el agua del Ebro, todas las aguas de los ríos de España, y pongan en pie un verdadero Plan Hidrológico para quienes, al menos constitucionalmente, somos una patria común e indivisible?

Diario de Cádiz
El Pinsapar
2007 04 04_

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