_____ Van ocho
La Cámara de Cuentas está hablando ahora de ocho, no siete coma ocho, no, ocho, ocho millones de euros. Cuando termine el cómputo imagino que sabremos a cuánto ascenderá aunque no está garantizado que sepamos en dónde estará el dinero de la Caja Municipal. Presumiblemente (que no falte de nada en esta letanía). Es curioso, el lenguaje tiene esto, según se mira. Por ejemplo lo que acabo de decir, que el dinero es "de" la Caja Municipal, no "nuestro" dinero, nuestro, de usted, amable lector, y mío. Y de los ciudadanos de esta ciudad ayer enloquecida por el viento de levante, bendito sea pese a todo porque secará la humedad de las lluviosas últimas estaciones. De los cañaíllas, o los isleños, insisto. De nosotros, los que vivimos aquí y aquí pagamos nuestros impuestos. Y penamos.
Van ocho, o son ocho millones de euros los esfumados, entiendo que ha dicho la Cámara de Cuentas. Y que en todo este tiempo se hicieron tres arqueos, tan sólo. Y otras letras menudas que tampoco serán suficiente para que la delegada de Hacienda municipal presente su dimisión irrevocable. Ni lo haga el señor alcalde, claro. Ni la una ni el otro tienen nada que ver con esto, nada de nada. Y los que pensamos que alguna responsabilidad política tienen lo que somos es lo que somos, unos vendidos al oro de López Gil o cosas peores, vaya usted a saber.
Lo cierto es que ocurre casi siempre lo mismo, lo dicen en Galicia muy a menudo: pasado el día, pasada la romería. Pero no, porque la Cámara de Cuentas es el cuervo negro que no se va del jardín, graznando ahora que ha subido lo robado, o desaparecido, o se ha perdido por los vericuetos informáticos de los arqueos mal hechos y los distintos procedimientos por los cuales alguien se lo fue llevando día a día, o cada fin de semana, o como sea que sea que se lo fueron llevando, porque la Caja Municipal era eso, que el dinero estaba allí y en realidad no estaba, se lo habían estado llevando y sólo había números engañosos, informáticas mentirosas, caras de no tener ni idea de lo que estaba pasando, había pasado o seguiría pasando si alguien no se da cuenta de la barbaridad que en algún sitio estaba escrito, que en la Caja Municipal había tanto dinero que no cabía físicamente. Más o menos. Pero estamos mareando la perdiz, están. La Cámara de Cuentas, de vez en cuando, nos saca del ensimismamiento. Porque estirar el punto inicial hasta no sé cuál interventor, o tesorero, o a tal alcalde, ya no se sabe si es táctica defensiva, barullo, disturbio, ruido. O es que aquí ha habido tal lío que lo que de verdad conviene es hacer borrón y cuenta nueva, si fuera posible. Empezar de nuevo. Desde cero.
Van ocho, es la peor noticia. La carta a Arenas, ante este lío, una anécdota. Aunque no lo sea.
Diario de Cádiz
Calle Real
2010 04 11_
No hay comentarios:
Publicar un comentario