__________ El seppuku de ayer
No sé si a mi admirado vecino de página, y tocayo, Enrique García Máiquez, ayer mismo lo llamó Rodríguez Zapatero, o Rajoy, o Griñán de parte de aquel, o Javier Arenas de parte de este último. Tampoco sé si desde la Zarzuela algún responsable de alto nivel haya solicitado información a nuestro Diario sobre teléfonos y direcciones del articulista.  Y se hayan puesto en contacto con él para que se acerque a Madrid a contarle al Rey su harakiri de ayer. 
No sé si será porque ni soy El Rey (ni Dios lo permita), ni ZP o Rajoy o Griñán o Arenas (ni Dios lo permita tampoco) pero lo cierto es que luego de leerlo la primera vez y todavía bajo un fuerte estado de schock pensé que algo había que hacer inmediatamente con tan deslumbrante iluminación sobre fórmulas novedosas para salir de la crisis.
Comprendo y sé por experiencia que en lo escrito es difícil apreciar la ironía ni el doble sentido. Juro que ni una cosa ni lo otro hay en el párrafo inicial. Porque quiero decir que la propuesta de mi admirado tocayo en su “De poco un todo” de ayer, sobre un procedimiento seguro de aligerar la carga insoportable del Estado de las Autonomías, por el procedimiento de supresión de las Autonomías, sería un tema a tener en cuenta para los yacimientos de ideas inteligentes, y audaces, tan necesarios para salir de la crisis.
Sabe García Máiquez que esto de los capítulos uno en las administraciones públicas es hueso tan duro de roer que ni siquiera Jerez, con la situación tan dramática que, al parecer, atraviesa, acaba de suprimir la veintena larga de asesores que Pilar Sánchez llamó en ayuda cuando se hizo con la alcaldía, así que lo que yo he entendido que ha querido decir Enrique puede ser el triple salto mortal en el bigote de una gamba. Pero tengo edad más que suficiente para haber vivido el trabalenguas que hizo don Torcuato Fernández Miranda, y que recordó ayer García Máiquez: “De la Ley a la Ley a través de la Ley”. ¿Y eso que es? (dicho con pronunciación de Málaga), pues en aquel tiempo nada más y nada menos que se esfumaran las leyes políticas del franquismo desde el interior de la legalidad franquista, resumidas siempre como el “atado y bien atado”.
Mi admirado vecino escribió ayer que tembló el misterio. Qué bonita es la libertad, y que necesaria. Porque, ¿es una fatalidad que si las Autonomías no han resultado como se esperaba tengamos la condena de soportarlas para 40 años más? ¿No cabe una racionalización, al hilo de esta tremenda crisis, de este insoportable nivel de paro y de este helenización financiera? Al seppuku por el sudoku llama Enrique el sudor frío de Solbes. Ni mil palabras más.
Diario de Cádiz
Calle Real 
2010 04 08_
No hay comentarios:
Publicar un comentario