miércoles, 4 de junio de 2014

VERDE






















_____VERDE

Ayer a las 10:40 recibí el mensaje de un amigo en el móvil. Escueto. Una palabra: VERDE. Sé de esta palabra desde hace más de 40 años. La empleaban los monárquicos españoles durante el franquismo. Significaba Viva El Rey De España. O sea, don Juan de Borbón. Entonces. La monarquía tiene esto, si muere el Rey se grita ¡Viva el Rey!, si abdica el Rey, se grita ¡Viva el Rey! Una monarquía es una continuidad natural, una herencia. Digo que ya no se heredan los territorios con sus súbditos, como en las antiguas dinastías, sino una esencia, un sentimiento, una representación, un símbolo. Un Rey siempre llega de muy lejos y se proyecta hacia otra lejanía. En esa estela de normalidad, de naturalidad, supimos ayer que don Juan Carlos abdicó. Le entregó al presidente Rajoy el papel firmado que lo decía. Y enseguida se puso en marcha el mecanismo constitucional correspondiente. No ocurre bajo el dramatismo de las sábanas de una Unidad de Cuidados Intensivos de un hospital español, ocurre en el despacho de Su Majestad, en una mañana soleada. De allí el presidente Rajoy se fue a La Moncloa, llamó a los medios de comunicación e informó que el Rey abdicaba y que en el transcurso de la mañana el propio don Juan Carlos se dirigiría a la Nación.

Me sorprende el guión, de tan sencillo. De donde venimos hacia donde vamos se ha resuelto en un acto doméstico, cotidiano. Respetando escrupulosamente la Ley, en libertad, en normalidad. También esto deberemos agradecer a don Juan Carlos, como que nos sacara de aquello. Y nos pusiera –con la ayuda de estadistas de la talla de Felipe González- en Europa. La Europa de la OTAN, la Europa de la libertad de mercados y capitales, la Europa de la democracia. Representó un tiempo de profundos cambios, de ansias de libertad. Fue un solo hombre, con todos nosotros. Nunca estorbó ni se puso en medio, sirvió siempre a su país y a sus paisanos. Quienes trabajaron junto a él, lo cuentan. Recibió a todos, alentó lo bueno y luchó para erradicar lo malo que llevamos en la sangre. Gracias a su magistratura 39 años de mi vida han sido un locus amoenus comparado con lo que fueron algunos años de mis padres.

Comprendo el VERDE que recibí en el móvil a las 10:40 del día de ayer, 2 de junio de 2014. Ahora hay un turbión, una polvareda. Es el tiempo de estas cosechas. Pero también hay quienes sabemos que los españoles, los más, distinguiremos las voces de los ecos y no oiremos los cantos de las malditas sirenas. Hemos aprendido.

Diario de Cádiz
El Pinsapar
2014 06 03_

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