jueves, 29 de marzo de 2007

G.F. HANDEL



He ido de músico en músico como de oca en oca. Primero debió ser Beethoven, luego Mozart, quizá al alimón con los románticos, Schumann, Schubert... hasta los románticos del siglo XX. Pero luego descubrí a Haydn, al que venero. Casi tanto como a Bach. Hasta que llegué a Haendel. Es como un océano, un músico inconcebible.

Haydn, Handel, Bach, Mozart y Beethoven... ¡Cómo darles las gracias! Pero sería injusto si no reseñara aquí a los músicos franceses de la Corte de Luis XIV, que son maravillosos...

La música... sin la música no tendría vida...

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