_______ Aizkora jokoa
Iba llamar a estas palabras ‘La memoria del aizkolari’ pero es más rotundo Aizkora jokoa, ‘Juego de hachas’, incluso en español. Porque se trata, cada vez más, de una novela que huele a sangre. Desde el principio. Puesto en páginas, páginas de novela, la acción parece ir yendo a lo peor. De lo idílico a lo trágico, de cortar troncos a entrar en la cárcel. El hombre grande malencarado de tenue vocecita, el aizkolari Koldo, quién lo iba a decir, se llevó la vida con una grabadora en el bolsillo interior de la chaqueta o sitios así encubiertos, para grabarlo todo. Todo. Y almacenarlo en dispositivos electrónicos. ¿Con qué objeto? Desde luego él tiene que decirlo al Juez, que se lo preguntará. Aquí va de posteriori casi todo. ¿Recuerdan a Leire? Iba a una investigación. Desde luego no tiene aspecto Koldo de paciente investigador (bueno, tampoco Leire), más bien de intrigante buscador de pruebas que le fueran útiles. Los rústicos también tienen un sitio en el paraíso. Como el de los EREs, que dijo su madre que tenía billetes “p’asá una vaca”. Pero la Policía fue más lista. Mi amigo Juancho Armas siempre dice que la Policía es más lista porque trabaja de noche. Debe tener razón.
Es que fueron a su casa sin avisar, con el ¡Alto, Policía! y se llevaron los dispositivos electrónicos que tan pacientemente fue grabando Koldo, qué curioso. A el ex ministro Ábalos le ha pasado tres cuartos de lo mismo con la amiga que tenía en su casa cuando llegó la Policía. Baja no sé qué, le dijo, y el no sé qué era un pen drive con grabaciones puede que muy delicadas. Un policía le dijo, espera un poco, ¿qué llevas en los pantalones? Y llevaba el pen drive. O sea, JJ Armas Marcelo llevaba razón con lo de la Policía. Es más lista.
Ahora mismo, yo creo, el curso de la novela ha pegado un respingo con la orden de cárcel provisional y sin fianza de Santos Cerdán. Curioso, no por inesperado. Porque el aizkolari y el ministro fueron pero algo pasó que el Juez los dejó volver a su casa. Perdieron algunas plumas, como el pasaporte, los cada quince días en el juzgado, la prohibición del extranjero, pero bueno, volvieron a sus domicilios a seguir esperando lo que, visto lo visto, les va a llegar. Es la novela del aizkolari, Juego de hachas.
Diarios Grupo Joly
El Pinsapar
2025 07 01_
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