📷 EMS
A la espalda de uno de los miradores sobre el mar y las islas que conforman una de las ciudades más bellas del Báltico, en la falda de un monte lleno de verdor, estaba España. Por decir algo. Estaba el monumento de una mano que grita o se agita entre la vida y la muerte, o pide ayuda al mundo... Estaba la España de la Guerra Civil. En Estocolmo. La miré largamente, dándole la espalda a una visión realmente espectacular de la capital de Suecia, la Estocolmo de los puentes, las islas, los barcos. Tremendo el drama que vivieron nuestros abuelos, nuestros padres, aquellos españoles.
Pensé en César Vallejo y me recité los versos de Antonio Machado... La guerra es mala, la guerra, odiada por las madres, entigrece a los hombres...
En Estocolmo...
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