Afuera llueve y sopla un viento fuerte. Los árboles se agitan y el aire tiene el color de la tristeza y la melancolía. Imagino el mar de la bahía ahora, azotado por este viento de levante. Y a esta hora. Por eso traigo a Maritza. Es esplendorosa su voz, su timbre, su afinación cuando canta. Ustedes la disfruten y les dé el bálsamo que todos los corazones necesitamos para vivir.
Viva Portugal. Es un país adorable.
Y además tiene el fado...
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