viernes, 27 de mayo de 2011

El Pinsapar / ESCONDER ESPAÑA
















_____ Esconder España

NO sé si se atreverán a tanto, digo a proclamar que el triunfo del Partido Popular es el triunfo de España. No lo sé. Son capaces de levantar el paño del altar, que decía mi madre de quienes no se paraban ante nada. Por lo pronto hasta donde llegan es a votar si se puede esconder España, la España que en Cataluña se limita a una bandera bicolor sobre la fachada de un edificio público. Al menos eso creen. Es la manera que tienen de mantener en pie el proyecto de piloto automático hacia la independencia, hacia la "construcción" de un Estado nacional. En el camino hay muchos, sobre todo algunas élites políticas que conocen bien la psicología por la cual basta mostrar el espantajo para obtener beneficios contantes y sonantes. Los éxitos aumentan la audacia y el riesgo. Digo que ya casi han arrinconado en los centros educativos a la lengua común de los españoles, que forzaron en la Constitución a llamar "castellano" contra el criterio lingüístico, que decía que debía llamarse "española". Como saltamontes fueron trepando por los rótulos de los comercios, el doblaje obligatorio de las películas, las subvenciones sólo a quienes fueran "buenos catalanes"... Menos contra la intimidad de los hogares y de las conciencias, ha valido casi todo. Digo que si hay que dar una gran pitada al Rey, se reparten miles de silbatos gratuitos; si impedir una conferencia en la Universidad a un considerado "enemigo" de la independencia, se envía a una cuadrilla de agitadores profesionales. Y así. Hasta esto de ahora, esta alucinante votación para esconder la bandera española de los edificios públicos, ya no sé si también los privados, como cuando la selección española estaba ganando los partidos del Mundial de Sudáfrica y millones de españoles pusimos nuestra bandera en los balcones.

Lo malo es que si miramos a la Moncloa, donde está la presidencia del Gobierno de España, surgida de un parlamento soberano y democrático, y su Presidente, como para decirle, ¿qué está pasando aquí?, nos encontramos a quien estableció la doctrina de la realidad discutida y discutible. ¿Entonces? Pues eso, que esto de ahora no es lo último y que no pasa nada, cuando lleguen a cobrar la factura por una votación o una carantoña, se les sonríe y se les paga puntualmente. Aunque esto sea como cualquier adicción, que cada vez te piden más y más, hasta que se muera. España.

¿Lo de la bandera de los edificios públicos es lo último, la última gota, el vaso colmado? ¡Qué va! Vendrán más y más cosas hasta que España, lo que sea que sea España, no se plante y diga a estos: Venga, vamos a disolver la sociedad de gananciales, que es lo que para vosotros somos los demás.
















Diario de Cádiz
El Pinsapar
2011 05 26_

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