________ Las Cortes, al ataque
No sé exactamente cuántos vecinos de la calle Las Cortes se ven afectados por sus terrazas y veladores, sin duda que serán muchos menos que los que acuden a ellos para pasárselo bien sin importarle un bledo si quienes viven en la calle pueden descansar con el ruido que generan. Pero no se han quedado quietos, los vecinos. Primero denunciaron en los medios y ahora han ido al juzgado para que, cautelarmente, cierren dichas terrazas. Y veladores.
La vida urbana o es un pacto de razón o es una escalada que puede llegar a que un Juez acepte la demanda y ordene cautelarmente lo que solicita la Asociación de Vecinos de la calle Las Cortes. No tiene arreglo fácil este asunto, tampoco el de la Feria en el Parque, del que se habla como un éxito que se logra fastidiando a los vecinos del Parque con unos niveles de ruidos inadmisibles y, por supuesto, ilegales. O sea, se podría constituir otra Asociación de Vecinos, en este caso del Parque, que pida a un juez una cautelar para no tener que estar hasta las tres de la madrugada escuchando un ruido insoportable. La Feria provisional del Parque no puede fastidiar el descanso de muchos vecinos, más que los de Las Cortes pero igual de afectados.
Interesante será la decisión sobre la cautelar pedida por los vecinos de Las Cortes al Juez, tendrá un valor ejemplar porque el descanso de los vecinos es sagrado en una democracia y nadie tiene el derecho a turbarlo. El gobierno municipal tiene mucho que decir sobre estos contenciosos con los vecinos. Desde luego lo que no puede es encogerse de hombros y decir que se fastidien las minorías porque las mayorías marcan la pauta en todo caso. Es lo que parece que piensan, aunque me cuesta pensar que sea así.
Todo se basa en un equilibrio, digo la vida social, la vida urbana. Por eso se establecen normas sobre ruidos, sobre salubridad, sobre todo lo que erosiona la convivencia. La convivencia en las calles, incompatibles con el descanso necesario al que todos tenemos derecho, es una obligación. Porque la calle es de todos. Que los negocios se produzcan en el interior de los establecimientos sería una solución inmediata, en los establecimientos acondicionados a tal fin porque si no también habría afectados. Que se fastidie el coronel que no como rancho no puede ser la solución. Es lo que no se encuentra, una solución. Y por eso tiene un juez ahora la sanción a un vivir injusto, el de los vecinos, para que haya negocio en la calle. Y ocio para otros.
Diario de Cádiz
Calle Real
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