Anne Sofie von Otter se apoya en una orquesta extraordinaria para elevarse y elevarnos en el color sin contemplaciones de su voz única.
Widerstehe doch der Sünde es la Cantata Nº 54 pero 6:17 minutos son los que refiero. Inmediatamente, con los primeros acordes, nos vamos elevando hacia la ingravidez amable de la altura... Cuando entra la voz de Otter ya estamos casi en una de las barandas del anfiteatro de la gloria celestial.
Puedo estar repitiendo esta Cantata sin fin... Me envuelve la música, me eleva...
Bach nos hace creer en Dios.
Gracias, maestro Johan Sebastian Bach...
Prometo rezar por tu alma inmortal antes de dormirme esta noche.
Y por Anne Sofie von Otter, solo comprensible en modo de regalo del Altísimo a nuestras trabajadas almas penitenciales.
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