domingo, 4 de diciembre de 2011

COLCHONERO...

Me envían la vieja foto llena de nostalgia del tiempo en que el fútbol era muy diferente. Yo lo recuerdo siempre como si fuera ayer. Y me la envían porque se sabe que soy "colchonero", que en sí mismo ya es una forma de descalificar. Pero vale, soy del Atlético de Madrid. Siempre lo he dicho, siempre lo digo. Y cuando me han preguntado decía que recordaba los tiempos de Luis Aragonés... Pero la foto me ha abierto el corazón tapado de los recuerdos y las razones.
 
Yo vi jugar en el San Fernando a Miguel Martínez, era un jugador impresionante de fuerza, de técnica. Debió venir cedido del Betis cuando el C.D. San Fernando jugaba en Segunda, época gloriosa de la ciudad, mire usted por donde. Tras una temporada, o dos, eso no lo recuerdo bien, volvió al Betis y del Betis al Atlético de Madrid... Antes se había enamorado de una cañaílla muy guapa, hija de Juan Márquez Bénitez. Se casaron y tuvieron un hijo.

De un blog atlético tomo la historia final de Miguel Martínez...

"El caso del jugador del Atlético de Madrid, Miguel Martínez, fue uno de los más dramáticos, al permanecer durante ocho años en coma profundo, Martínez que fichó por los rojiblancos, procedente del Real Betis Balompié, llegó al club Atlético junto a Luis Aragonés, el cual estuvo cedido durante una temporada al conjunto verdiblanco. Pero la fortuna le jugó una mala pasada a Martínez. Durante una gira del Atlético de Madrid por Uruguay, y en un partido que disputaba frente al Peñarol de Montevideo, el 10 de julio de 1964, el jugador sufrió un mareo, que al día siguiente se tradujo en un coma profundo del que no se pudo recuperar. Miguel Martínez moría en una clínica madrileña, ocho años más tarde, concretamente el 28 de septiembre de 1972."

El autor de este texto se firma como Fernanda. No cuenta que en La Isla, la ciudad natal de la mujer de Miguel Martínez, se vivió ese accidente como un drama, como un dolor que compartíamos todos. Y su muerte fue un paño de tristeza sobre San Fernando.

Sí, la vida es un trenzado de recuerdos tristes y de razones ignotas por las cuales uno es de su padre y de su madre, y de aquí o de allá, y de mañana o de ayer. O de nunca.

Yo soy del Atlético de Madrid. Por Miguel Martínez, por aquella infancia en el Marqués de Varela, a quien mi inolvidable Fernando Miranda siempre llamaba el viejo Madariaga... Y porque me da la gana, porque ser de Atletico de Madrid es estar licenciado en sufrimientos, diplomado en lágrimas y doctor en alegrías... colchoneras.

Por eso.


Colchonero...

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