Ahora que han pasado los días traigo esta imagen que forma parte del imaginario de la felicidad. El Ángel del Señor se había aparecido a José y le había dicho que el Espíritu Santo había entrado en María y la había preñado del Mesías. Empezó una familia feliz en una remota región del mundo.
Somos herederos de esa familia, hemos recibido su ternura, su calor y también sus sufrimientos. Aquel Mesías es nuestro Mesías.
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