jueves, 25 de septiembre de 2008

El Pinsapar / AL PUEBLO DE MADRID














____________ Al pueblo de Madrid

El Príncipe de Asturias hizo entrega ayer al vicealcalde de Madrid del Premio "Cortes de la Real Isla de León a los valores constitucionales y defensa de los valores democráticos", quien lo recibió en nombre, representación y herencia de la ciudad heroica de 1808, fusilada y escarnecida por las tropas napoleónicas. La ceremonia tuvo lugar sobre el escenario del viejo Teatro de las Cortes, habilitado como sede constituyente del Reino de España hace 198 años. La ceremonia, sencilla y solemne, fue presenciada por un nutrido grupo de ciudadanos. Como suele en estos casos, hubo discursos, buenos discursos. Del alcalde de San Fernando, del vicealcalde de Madrid y de Su Alteza el Príncipe de Asturias.

No podía dejar de pensar en el efecto del tiempo sobre los acontecimientos, sean dramáticos como los de mayo de 1808 en el Madrid ocupado por el ejército de Napoleón, o el que se estaba produciendo en el restaurado Teatro de las Cortes de aquella Real Isla de León, hoy San Fernando. Dos siglos después, aquella Francia que mandó a sus hijos a la dura España, a matar, a morir, es una de nuestras más firmes aliadas. El heredero del Rey que pasó en poco tiempo de "Deseado" a indeseable, hacía gala de una impecable vocación democrática y se adhería a una celebración llena de connotaciones históricas de singular calado: En 1810 las Cortes declararon en La Isla que la Nación española es libre e independiente, y "no es ni puede ser patrimonio de ninguna familia ni persona". Para añadir en lo que luego sería el art. 3 del Cap. I, del Título I, que "La soberanía reside esencialmente en la Nación, y por lo mismo pertenece a esta exclusivamente el derecho de establecer sus leyes fundamentales".

La Real Isla de León dejaría también en aquella primera constitución de la libertad de España y los españoles un artículo fundamental. Ocurrió el 10 de noviembre de 1810 y llevaría el número 371. Hoy se conoce como el de la libertad de prensa e imprenta. Con estas dos aportaciones es suficiente para que la Real Isla de León figure en la encrucijada del constitucionalismo democrático mundial. Pero no se trataba de esto tan sólo, sino de rendir un homenaje de gratitud y admiración al anónimo pueblo que Goya retrató en trance de ser asesinado, dejando el grito desgarrado en la tela genial que el mundo entero conoce. El pueblo de Madrid era la representación esencial del pueblo español. Ayer como hoy. La Isla y Cádiz (el mismo pueblo del poeta) encaminan sus pasos hacia un Bicentenario fundamental que irá desde 2010 a 2012. Bien es verdad que más allá del puente de Zuazo se mataba y se moría por la libertad de todos. Pero esa libertad se escribió aquí con letras de oro.

Diario de Cádiz
El Pinsapar
2008 09 25_

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