domingo, 14 de octubre de 2007

DE POLÍTICA LOCAL, O SEA.


______ Antonio Moreno ha mandado silencio, que no parar. Es lo que debería, mandar parar.  Qué partido más complicado el andalucista, y más cainita. Y con qué poca memoria. Porque es que todo suena a dejá vu, como la reciente película. Digo que primero se "mata al padre" (Freud dixit) y luego se le entierra (dixit Gómez Baña). ¿De eso se trata ahora, de "enterrar" a Antonio Moreno? ¿Ofreciéndole un cargo del partido muy bien remunerado, comprando su silencio, su quietud, su inactividad? Mas Moreno es un hombre con dignidad, le viene de una infancia modesta, una juventud modesta, una vida entera modesta. Y de haber sido el alcalde más querido de La Isla, y más votado. Y seguirlo siendo. Pero De Bernardo, Prado, todos los que están en la cola esperando el grito de "¡el siguiente!" saben que Antonio no va a levantar una bandera, ni va a coger una escobita nueva, que ésas sí que barren bien, pero qué bochorno...

Ayer me hicieron una encuesta. Por teléfono. La típica: valoración de líderes, intención de voto, etcétera. Es la primera vez que entro en ese sorteo. Los del PA deberían hacer otra, que con la tarifa plana sale gratis. Cuestión de buscarse una voz agradable y unas preguntas sencillas de contestar. Y hacerlo confidencial. Por ejemplo: ¿Su opinión de Gómez Baña es muy buena, buena, regular, mala? Antes hay que preguntar si la conocen, claro. Ya, y preguntar también si tiene intención de votar a Manuel Prado para Andalucía. Bueno, y la pregunta del millón: ¿A quién votaría para el Parlamento andaluz, a Manuel Prado o a Antonio Moreno? Pero no creo que Julián (los andalucistas le quitan el "Álvarez", como hacían lo socialistas con "Felipe") quiera encontrarse con esos datos bien analizados por un gabinete sociológico. Y mucho menos que se hagan públicos.

Todo esto lo sabe Antonio Moreno. Lo que le quieren hacer, claro. Por Freud y por Gómez Baña, a la que captó en la cola de las papas fritas, con la que tomó café hace una semana en donde los Ábaco, aceite funéreo el café, que escribió César Vallejo. Lo sabe y ha mandado silencio, que no lo defiendan. Sabe de otras guerras y sabe lo que es aguantar estoicamente que Pacheco, un poner, te insulte. Seguro que ya conoce, en dolorosa experiencia, que el que muchos te quieran hace que algunos no lo hagan. Porque la envidia es desear el mal ajeno, que dice el Catecismo. Y además es flaca, porque muerde pero no come, como escribió el gran Quevedo. En fin..

Diario de Cádiz
Calle Real
2007 10 14_

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