sábado, 21 de junio de 2025

Calle Real / MAÑANA HABLO DE PEPE ONETO










_________ Mañana hablo de Pepe Oneto

Mañana subo al Ayuntamiento para hablar de Pepe Oneto. No llevo nada escrito, lo que salga. Se trata de un proyecto ideado por José Manuel Colón, un brillante cineasta isleño residente en Madrid. Otros muchos han hablado ya o está previsto que hablen de Pepe. Yo llevé su ataúd, todos saben que fuimos amigos, como hermanos. Un poco por eso estoy desbordado, de todo lo que podría o debía decir. Mas la idea es la construcción de un friso de palabras sobre el gran periodista nacido en San Fernando. Muchas voces para una voz singular, un personaje único. Yo lo conocí en los tiempos de Cambio16. Era subdirector. Incluso estuve en García Noblejas, así dicho, donde el semanario que marcó una época tenía la redacción. Y también durante su travesía por el desierto y su desembarco en la revista Tiempo, que dirigió varios años y convirtió en un medio de referencia en este tiempo complicado del gobierno de Felipe González y luego de José María Aznar. Muchos años de inquietud. Porque una mañana me llevó a un lugar de la plaza de la República Argentina donde ETA lo iba a matar. Le cambió la vida porque ya tuvo escolta varios años y aplicó ese método de autoprotección que consiste en la improvisación. De las rutas, las entrevistas, el vivir cotidiano. 

El periodista que se la jugaba con cada portada, cada texto escrito, al llegar a su casa, se convertía en un padrazo. Vi una noche cómo su hijo, entonces un niño rubio de digamos tres años, se le subía encima como si fuera un padre para escalar, de paciencia infinita. Paloma, su mujer, debe tener la memoria llena de estas cosas que digo. Pero lo que sí quisiera decir, de lo que quisiera hablar es de su amor a este pueblo complicado llamado La Isla, San Fernando. La llevaba consigo a todas partes, la tenía en su corazón. En tanto que era sus padres, que adoraba, su hermana, sus primas y su primo José Manuel Revuelta, el famoso cirujano cardiovascular, como un hermano. 

Una tarde que en Madrid hacía un aire helado, cerca del Palacio Real, me dijo: Vaya norte que hace hoy en la Isla, Enrique. En otra ocasión, con su guasa característica, me dijo: ¿A que huele a marisma? Nos reímos mucho ese día. Es lo que quiero recordar siempre de Pepe Oneto, su sentido del humor, su ironía famosa entre sus amigos, su inteligencia singular. Se consideraba una especie de embajador de la Isla y, de hecho, varios alcaldes le hicieron encargos que intentó realizar con todo interés.

Todavía San Fernando no ha encontrado el modo de fijarlo para siempre entre nosotros. Aunque entre nosotros quiso estar toda la eternidad, y así está, aquí está.

Diario de Cádiz
Calle Real
2025 06 22_

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