domingo, 10 de diciembre de 2023

Calle Real / ZAMBOMBAS

 











______ Zambombas

Por el camino de ‘carnavalizar’ el lenguaje de los acontecimientos populares, se abre camino llamarle a las zambombas zambombás, un mucho como ostioná, erizá, pestiñá y demás agudas gaditanas que siempre las veo representadas en la Plaza de San Antonio, proscenio del gran acontecimiento anual de Cádiz. Vuelvo a pensar si no perderé el tiempo y se lo haré perder al amigo lector. Sobre todo porque pese a una lucha sin cuartel contra ‘el despesque’, con argumentos lingüístico innegables, los hay contumaces de verdad que siguen usando el sustantivo como si el verbo no fuera pescar/despescar sino pesquer/despesquer. Malos tiempos para la lírica, le diría al gran lírico isleño, el poeta Rafael Duarte, amigo que se asombra aún del “no se engañe nadie, no” del gran Jorge Manrique, pensando que ha de durar lo que espera más que duró lo que vio, pues que todo ha de pasar por tal manera. El poeta que vio nuestras vidas como ríos que van a dar en la mar, que es el morir, nos avisó con preclara inteligencia lírica.

Así que estamos en esto, como la zambomba viene envuelta en el éxito y a la gente le gusta esta cosa que hace el flamenco bueno con todo lo que roza, pues hay un proliferación de zambombas entre las que vienen de matute las zambombás, con un par, vamos. Sabemos que en las familias andaluces, entre ellas las familias gitanas o del contorno social de las capas populares, se cantaban en Nochebuena el villancico tradicional. En escenario era el aire libre del patio de vecinos nocturno, la fogata en el centro y la zambomba, los platillos, la guitarra, la botella de anís vacía. De ahí hasta que el maestro Parrilla reunió a los mejores cantaores jerezanos para la Caja de Ahorros de Jerez, grabando cada año un disco promocional - Así canta Jerez en Navidad- que andando el tiempo y obedeciendo a los cambios en la Caja pasó a llamarse con buen criterio Así canta nuestra tierra en Navidad. La gitanería jerezana, tan de Nochebuena, se unió entusiasta e iba cayendo del árbol de oro cada año su disco. Hay hoy qué sé yo, puede que 30, que son un prodigio de música, de arte, de amor a la Navidad, de voces negras, de creaciones sorprendentes. Junto a los villancicos tradicionales, que llegaron a Jerez desde lo más hondo del siglo XVI y XVII. Para que los carnavaleros conviertan en aguda la última vocal de la palabra mágica de llamar al todo por la parte.

Pues nada, por mi propia experiencia, se abre camino la zambombá frente a la palabra que surgió del humildísimo instrumento que acompaña el cante del solista y el coro que amenizaba la Navidad de la humildad de los pueblos andaluces…

Diario de Cádiz
Calle Real
2023 12 10_

















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