📷 EMS
El caño de Sancti-Petri, antes de llegar al Poblado de su nombre, antigua almadraba, vuelve a abrir sus brazos, como suele en su recorrido desde La Carraca. Entonces toma el nombre de Chanarro, que no sé qué puede significar. En la bajamar las pequeñas embarcaciones modestas de los pescadores de palangres y cañas, muestras las bajeras y se escoran sobre la arena mojada. Otros, ya dejados como elefantes en su secreto cementerio, muestran la herida del bocado del tiburón del tiempo. Fueron airosos por estas aguas quietas de los caños, salieron de recreo y de labor, lucieron su pintura brillante, sus remos recios...
Ahora están el el período de desintegración, muertos en pie, heridos quizá de la melancolía de lo que fueron. Como nosotros mismos, como hechos por nuestras manos que fueron. Mas, ¿tendrán un alma?
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