_________ Mañana empezó todo. Hace dos siglos. Digo que los diputados llegados de la vieja España de ambos hemisferios estaban como quien dice cogiendo el sitio de la procesión formada en la Iglesia de San Pedro y San Pablo de La Isla, en donde acababa de celebrarse la Misa del Espíritu Santo y cantarse el Te Deum para la labor que se iniciaría en el cercano Teatro de Comedias aledaño a la principal iglesia de la villa. Las Cortes Generales y Extraordinarias del Reino de España iban a constituirse para dar una respuesta distinta a la monarquía impuesta por Napoleón, emperador de Francia, en la persona de su hermano José. Y al futuro de lo que continuamente se nombraba ya como "la nación española".
En la Real Isla de León, segregada lustros antes de Cádiz, de cuyo municipio formó parte durante siglos, estaba la Regencia, el Ejército de Extremadura, mandado por Alburquerque, que la había fortificado, la Real Armada y un pueblo múltiple, venido de aquí y de allá de las Españas, huido de las ciudades sitiadas y vejadas por la Grand Armée napoleónica. Se había constituido en "escopeteros salineros", milicias voluntarias y ejército regular bajo la consigna de hasta aquí llegó la ignominia. Y en diputados dispuestos a construir el futuro del viejo Reino sin Rey ni dignidad.
Dos siglos. Mañana. Mentira parece pero atruena los oídos a poco que se pongan a escuchar el estrépito que todavía está en el aire de La Isla. Los acentos del español de España, y de América, expresan en la villa las preocupaciones de un asedio y sitio establecido y los temores por las embestidas del ejército que entró en Madrid a sangre y fuego, y venció en todas las batallas. Pero un ímpetu va a nacer mañana en La Isla, un rien ne va plus en el verde tapete de la verdad del cara o cruz. El futuro está a punto de iniciar un recorrido imparable.
Mañana, a las doce de la noche, esas Cortes de la procesión de la Iglesia de San Pedro y San Pablo, en sesión secreta, escribirán en letras de oro la esperanza y el sueño de quienes se mueren sin libertad: la soberanía reside esencialmente en la Nación. España ya era multisecular, no la nación política, la nación española, que empezaba a nacer mañana, hace doscientos años, en el modesto teatro de comedias de la villa.
200 años. Celebramos la hazaña, la obra construida. La deuda que la España de hoy tiene contraída, en moneda de libertad, con la España empezada a constituir en la Villa de la Real Isla de León del 24 de septiembre de 1810, y felizmente ultimada el 19 de marzo en la trimilenaria ciudad de Cádiz, es impagable.
Los Reyes, que lo saben, vienen a decirlo. Sean bienvenidos.
Diario de Cádiz
El Pinsapar
2010 09 23_
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