viernes, 21 de febrero de 2025

Calle Real / LAS DELICIAS DEL PASAJE

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_______ Las delicias del Pasaje


Formaba parte de la Isla soñada que un día fue realidad. Las delicias del Pasaje es poner un nombre comercial y lo demás es cuento. Maravilloso. Como el Paseo de San Carlos, que fue rebautizado como Federico Joly, en memoria del patrón de este Diario, que nació en la Isla. El Paseo de San Carlos de por sí era una verdadera delicia, un locus amoenus del máximo nivel. Era la bienvenida a la ciudad de la Población Naval de San Carlos, que tenía hasta un alcalde propio y ocupaba toda esa parte de la ciudad comprendida entre la Casería y la Carraca. O más exactamente, desde Punta Cantera hasta el Arsenal. La Real Isla se había vaciado para ofrecerlo todo a la Marina Real, no me extraña que tenga los títulos que tiene y que figuran en su escudo. Yo llegué a ver Las delicias del Pasaje, y disfrutar de una cerveza muy fría y una tapa de menudo.

No puedo dar muchos detalles -pero está Juan Maruri, que los sabe todos-, pero sí dibujaría el recuerdo de la felicidad de un mediodía de primavera en ese lugar tan querido por los vecinos de San Fernando. Y de quienes llegan en los trenes, pues estaba al otro lado del andén, en el inicio del paseo de San Carlos por donde se iba a los cuarteles, dependencias y a la Escuela Naval. España entera pasaba entre los árboles, cada dos meses. Pues estuvieron llegando los reemplazos ¿doscientos años? Ahora se está cayendo, vencido por la edad y los achaques. No volverá. Imagen de la muerte, que es lo que se va y no vuelve. El propio paseo ya es sólo un remedo de aquel arbolado con los bancos de respaldo de hierro forjado. Un remedo con rotondas y un tráfico infernal en algunos momentos de muchos días. La Isla grata está siendo sustituida inexorablemente por otra ciudad, un San Fernando funcional, de este siglo.

Por eso me parece encomiable esta política de parques y zonas arboladas con senderos que lleva a cabo el gobierno municipal actual. Y lo que serán -si acaban siéndolo- los parques de la Magdalena y el de los Polvorines. Sitios para que la gente venga, que vendrá, ya lo creo. No hay estos lugares privilegiados en toda la bahía. Pocos se aventuraron a vaticinar el éxito de Antonio Moreno cuando proyectó y ejecuto el Parque del Oeste. Un lugar tan agradable. Pues bien, todas estas actuaciones paliarán de algún modo el lugar maravilloso que fue aquella ciudad pequeña llena de uniformes blancos por sus calles, de fábricas y diques, la Isla de Las delicias del Pasaje.

Debajo del arbolado y la parra se veía un mundo enternecedor.

Diario de Cádiz
Calle Real
2025 02 23_


 

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