domingo, 7 de abril de 2024

Calle Real / TERRAZAS





 






______ Terrazas

Soy de terrazas, como todos. Una buena terraza en cualquiera de las calles de la ciudad es un espectáculo. Pocas cosas le gustaban más a Pepe Oneto, cuando llegaba de Madrid, era su mesa en la terraza de La Mallorquina. Allí él miraba la gente y la gente lo miraba a él. Los conocidos de la infancia y juventud se le acercaban con las dos preguntas de rigor. Luego se descojonaba de risa. Esto es: ¿Cuándo has llegado? ¿Cuándo te vas? Era una fórmula más que un interés en conocer los detalles. Una fórmula infalible. Me miraba de reojo y luego él mismo entonaba las preguntas y se reía. Qué gran amigo, qué gran persona, qué gran periodista. Digo que pasan los años, ¿me entiendes? Mas no quería yo hablar del gran Pepe Oneto, que en la ciudad descansa, sino de las terrazas, que tanto le gustaban, nos gustaban. Yo soy de coger el Diario de Cádiz y pedirme un cafelito y un vaso de agua fría. Se abre ante mí una media hora única, insuperable y maravillosa. Salvo que los/las de la mesa de al lado enciendan cigarrillo tras cigarrillo y te llenen la vida de humo expirado. Suelo mirar por si hay alguna otra mesa libre y yo mismo me llevo el café, el agua y el Diario. Siempre siento en sus ojos, los de los fumadores, un que se joda. Porque el fumar es tenido por un derecho inalienable. Alguno hay que al verme el que me voy me dicen que no me vaya, y apaga el cigarrillo con inmediata amabilidad y se disculpa. Algunos, pocos. No quieren saber que hay personas que han desarrollado una especie de alergia al humo del tabaco. Se nos cierra la garganta. Pero eso no es lo peor, lo peor es cuando vienen mis nietos pequeños y siguen fumando, porque los niños les importan menos todavía que el abuelo.

Hay que irse y escribir artículos como el que redacto para que los gobiernos, que deben promover la salud pública, avalados por los informes científicos acerca de la malignidad del tabaco, prohiban por Ley el fumar en las terrazas, el fumar, pues tantas enfermedades causa. Puede que ahora se inicie una  contienda sobre esta materia. Oiremos de todo, especialmente la opinión o el parecer de los dueños de las terrazas, que piensan que si se prohibe el fumar en las terrazas se producirá una quiebra del negocio, que ya van las cosas regular con tantos impuestos y cosas. No se llegará a las manos entre los anti y los pro, quiero pensar. Uno de los dos tendrá que buscar nuevos aires pues se hace incompatible. ¿Habra terrazas permisivas y otras negacionistas? Debería de haber un dictamen científico claro y rotundo. Y la preservación del bien público, la salud de la gente. Digo yo.

Diario de Cádiz
Calle Real
2024 04 07_



No hay comentarios:

Publicar un comentario