Hoy he ido a la inauguración de una retrospectiva de Eduardo Martínez, que pese a su juventud ya posee una colección magnífica que habla bien expresivamente del talento que le ha llegado del sitio incógnito en donde expiden esas acreditaciones, privilegios, facilidades y maravillas. Lleno completo, por cierto, en la pequeña sala del Centro de Cogresos de San Fernando, ciudad natal del pintor y de quien esto torpemente esboza.
Lo mejor es mirar con detenimiento estas fotos hechas con el móvil, que ya es un milagro con la luz de la sala y el pulso ya de este anciano.
Me entusiasma la Pintura y las obras de la gente joven que viene hacia arriba lanzado, con modestia y una sonrisa. Como Eduardo Martínez...
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