Insólito y por eso emocionante. La Isla ofrece un homenaje a un isleño. Digo el teatro amateur, todos los grupos teatrales de la ciudad, que siempre hubo en San Fernando ese amor al Teatro, bueno es decirlo hoy, Día Internacional del Teatro. A rebosar el remozado salón de actos de la Casa de la Cultura, completamente lleno, gente de pie para no perderse ni una palabra, ni una actuación…
Temía yo por el corazón de José Carlos Fernández, ya de por sí delicado, con esta avalancha de afectos del mundo del teatro, tan activo, tan sencillo y al mismo tiempo tan digno, seguro de sí mismo. "Después de usted cayó el telón del teatro amateur en La Isla" le dijo Manuel Foncubierta, que hizo una interpretación sencillamente memorable. "Por todo lo que el teatro amateur le debe, por todo lo que no le dejaron hacer, por todo ello, en nombre de los 101 personajes en busca de un promotor, proponemos que sea usted nombrado Hijo Predilecto de esta Ciudad".
Algunos seguro que se han de haber llevado un sobresalto. Yo, por lo menos, sé de algunas que naturalmente no estuvieron allí, ex concejalas quiero decir, dos, una del PA y otra del PP. Pero estaba Daniel Nieto, y Fran Romero, y López Gil y Josela Maturala, o sea, estaban quienes todavía pueden, si quieren, cumplir otro de los deseos de los 101 personajes en busca de un promotor: Que una butaca del Teatro de las Cortes lleve su nombre. Antes del 22 de mayo.
Han pasado ya más de cuatro años desde el día en que José Carlos Fernández Moreno salió ileso de un infarto, o dos. Ahora, más repuestito, recibe esta nueva andanada sobre su corazón, esta andanada de afecto y amabilidad, de deseo de hacer justicia sobre un trabajo hecho por la Cultura de la ciudad, que es la Real Academia de San Romualdo que preside ejemplarmente, el movimiento cofrade, la gestión cultural en el Teatro de las Cortes… Pero yo sé que no son sus libros, su obra bien hecha… Es su talante cercano, su capacidad de diálogo con todos, su entrega amorosa a La Isla, su urbanidad. Las gentes del teatro amateur, cuyo origen estuvo en los grupos de aficionados que las tardes de los sábados interpretaban en las tablas de los teatros de La Salle, se ha puesto en pie. José Carlos Fernández Moreno es mucho más que un símbolo de que no se le pueden poner puertas al campo.
Fue una tarde inolvidable, con un colofón impresionante realizado por Geriatría, la versión de Jesucristo superstar, quiero decir. Hacía mucho que no sentía ese cosquilleo de amor a mi pueblo, ni ese orgullo de saber que no hay nada perdido, que no hay mal que dure cien años. Las gentes del Teatro Amateur han querido distinguir a un hombre bueno y sencillo.
Recordé una cosa que hacía Camarón algunos días: "Voy a cantar un fandaguito pa ti y pa mí".
Era el pliego de firmas pidiendo la butaca del teatro para José Carlos. Y la Predilección.
Qué alegría.
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