_______ Un penique
Poco antes, antes del cuento que voy a contar, una persona de grandísima solvencia me acababa de dar una información pavorosa: El Banco de Santader de Sevilla estaba recibiendo diariamente 25 millones de euros en depósito provenientes de las Cajas. A uno que está ya en estado estuporoso con las noticias de la crisis, que es para coleccionarlas y luego ordenarlas y luego publicarlas de nuevo, la verdad, esta noticia de puerto de abrigo del banco de Botín con los dineros de las Cajas le ha dado como un repelús.
¿Está sirviendo esta crisis que empezó no siendo para acabar siendo lo que vemos que es como la coartada perfecta para hacer una razzia sobre las entidades financieras de más de medio mundo para hacer mayores concentraciones de capital con las que controlar el crédito y, con ello, toda la actividad económica y gobernar el mundo?
Por estas cosas de la vida, un poco más tarde, JJ me comentó que recordaba un cuento que leyó de niño y le causó una honda impresión. El cuento del penique. Siento mi universal ignorancia en literatura infantil porque no puedo dar más detalles salvo el resumen del cuento, y que, en síntesis, se trata de lo siguiente: Que érase una vez que un niño fue a un banco a pedir un penique. Como quiera que no se lo dieron, el niño empezó a llorar en la puerta del establecimiento que rompía el alma. La gente que pasaba, al ver tanto desconsuelo, interesarse por la causa del llanto, y saberla, se apresuraba a entrar en dicho banco a retirar sus ahorros. Fue tan clamoroso el boca boca y tan prestos los depositarios a ir por su dinero que la banca quebró. Por un penique denegado, un miserable y mínimo penique.
Como el batir de las alas de una mariposa, de la que hablaba hace algunas semanas. Un suceso tan pequeño, tan nimio, en el cuento, provoca una hecatombe en una entidad que siempre se presupone sólida e infranqueable como un gran banco. Por un penique. "Un real vale una vaca, decía mi madre; si no tienes un real, no tienes vaca". Amén. Pero esto había que unirlo a los 25 millones de euros que diariamente -ojo- estaban llevando al puerto seguro del Santander Central Hispano... proveniente de las Cajas. Pese a que el gobierno había subido, o iba a subir, la garantía de depósitos a los cien mil euros por persona y entidad. "Es el miedo, estúpidos" (si se puede parafrasear lo que dicen que dijo en gran político norteamericano). Algunos -los hemos visto ahora- van todos los días a la oficina correspondiente a preguntarle al gestor de los fondos si es el momento de llevárselos al colchón, o al Santander.
Diario de Cádiz
El Pinsapar
2008 10 08_
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