Lo están pasando mal, muy mal. Es un sector sensible de la economía de la ciudad. Lo están pasando muy mal. Podría contar una relación con sus particularidades, no dispongo de ese espacio. Cuento uno que puede ser bien representativo. Es un café-bar, con una terraza. El dueño, que a su vez es el trabajador, ha sufrido un quebranto de más de 4000 euros en los dos meses largos de confinamiento. No sólo no ha ingresado, se ha visto obligado a cumplir con sus obligaciones.
Esos miles de euros en negativo y un poco desesperado, como es lógico. No sólo es perder lo que no se ha ganado, es perder en el sentido real de perder a lo que me refiero. Hay muchos café-bar en San Fernando, pueden hacer cuentas. El atajo de los ERTEs ha sido un alivio relativo y pequeño, las cosas no van bien, no sólo es que vayan lentamente, es que no van bien.
Ayer hablaban del aumento de los ahorros de los españoles. El ahorro viene del miedo y del no consumo. Sigue todo el protocolo de las grandes crisis. Retracción del gasto, aumento del desempleo, empobrecimiento de la sociedad. José Macías, economista isleño que trabaja en Madrid, experto en Big Data, me lo explicaba días pasados. Está convencido de que si no se encuentra pronto el remedio al Covid-19 -¿la vacuna?- vamos a la pobreza, de cabeza. Será inevitable. El crecimiento exponencial, de nuevo, de la pandemia trae un efecto demoledor. ¿Quién tendría algo que decir en todo esto? Miro no mucho más allá de las fronteras inexistentes de la Isla. Y recuerdo los famosos versos de Pessoa sobre el Tajo y el río de su pueblo. En sentido estricto lo que me importa es la situación del dueño del bar que me pone amablemente un café, el pequeño ultramarino de mi calle, los puestos vacíos del Mercado y, por supuesto y antes que nada, mis hijos. Seguro que coincides conmigo. Los hijos. Qué difícil es, cuando todo baja, no bajar también, escribió don Antonio Machado.
Y todo está bajando, sin que veamos lo que hacen por nosotros, si miramos para arriba, o para los lados. ¿Han ayudado a este pequeño empresario en su dolor de cabeza de 4000 euros? ¿Han ayudado a tantos y tantos? Hablo de lo real y de lo cercano. Por eso cuando leo algunas críticas locales, pienso en algunas actuaciones cercanas y lejanas, me invade el profundo pesimismo español que leía en los hombres del 98. Porque algo está claro, no venimos de antes de ayer, llevamos en este viejo solar muchos siglos, muchas tragedias, muchos días de sol.
¿Lo importante? Tú mismo.
Diario de Cádiz
El Pinsapar
2020 08 30_
