martes, 5 de septiembre de 2017

El Pinsapar / PINTAR UBRIQUE



______ PINTAR UBRIQUE

Hamelin Puigdemont lleva a miles de catalanes al despeñadero, Kim Jong-un pone al mundo ante el apocalipsis nuclear y Ubrique, o sea, su alcaldesa Isabel Gómez y los empresarios de la localidad, hace sonar las campanas de la parroquial para que lleguen a sus calles más de un centenar de pintores de todas partes. ¿Vivimos en el mismo mundo? Inevitable que recuerde el Puertas Abiertas de Medina Sidonia, blanca hasta la línea del cielo, Villaluenga del Rosario en la majestad de su humilde caserío en la ladera del Caíllo, el Corpus de Zahara, el viernes santo de Setenil de las Bodegas, Arcos, los modos diversos de afirmar la hermosura del ser gaditano de los cuatro puntos cardinales de la provincia. Pero decía que más de un centenar de pintores “tomaron” Ubrique el sábado, se apostaron con sus caballetes en las esquinas de sus calles y plazas increíbles armados con pinceles y espátulas, óleos y acrílicos, carboncillos y todo ese armamento con el que construir -¿reconstruir?- la belleza inmarcesible de un pueblo levantado en el hueco que hacen las montañas, el conjunto de todos los blancos bajo el azul con algunas nubes quietas de un cielo que es el fondo del gran óleo de la piedra que sube más allá de la mirada.

No descubro nada, Ubrique es para inclinar la cabeza por su blanca majestad con flores, sus calles que suben hacia el Convento y el Çalvario por un laberinto convertido en belleza. La impresión parecía de haber sido planificado todo, desplegada esa tropa que mira y recrea a la vista de todos. Es la novedad. La pintura al aire libre, en la Plaza de la Verdura o de la Fuente que regala el agua fría, es la película del milagro de crear de la nada que es un lienzo blanco, de traer el joyel de un pueblo a esa superficie donde se concentra el arte de mirar. Porque hasta el que pasa cada día por ese lugar insólito no ve muchas veces el esplendor cotidiano. Y luego en la plaza de la fuente que mana agua fría y está la Casa Consistorial se ponen los caballetes con las obras ya finalizadas para que el pueblo las mire y las premie, junto a un jurado que, como la vez última, lo tuvo más que arduo por la extraordinaria calidad de las obras.

Ya la plaza llena de pintores y de sorprendidos por el espectáculo insólito, llegado el momento, van llamando a los premiados. Son muchos pero los últimos en ser llamados son los tres premios más importantes. Aplausos y admiración. Y mi pensamiento en la otra cara del mundo. Ubrique, recordad.

Diario de Cádiz
El Pinsapar
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domingo, 23 de julio de 2017

PALABRAS DE RAFAEL


Llevo tiempo queriendo decir unas palabras de Rafael. Inevitable situarme en el principio de la aventura, cuando leía los primeros libros en la habitación silenciosa de mi casa, cuando escribía los primeros renglones del oficio de escribir que ha sido mi vida. Porque inmediatamente después conocí a Rafael. Y a Juan. Digo Duarte, Rafael Duarte. Y Juan Mena. Era la generación del relevo de aquellos escritores generosos -Germán Caos, José González Barba, Antonio González Muñoz…-, unidos en sus poesías distintas, de compuerta abierta la de Mena, de fulgor inesperado la de Duarte. Y Luis Berenguer. Como el "y Sevilla" del famoso poema de Manuel Machado. La Isla era otra cosa por entonces. Y no porque casi viviéramos el estertor de los Juegos Florales, qué cosa tan antigua, sino porque la gente gustaba de los endecasílabos y los romances de rima consonante. Entonces, ya decía, Duarte era un fulgor, escribía un verso que te mataba. Automáticamente, como dijo Camarón de Curro Romero. Podía hablar del "mar de caoba del piano" como ahora ha hablado con perplejidad de las "células madres de la ternura". O del transplante de órganos de la compasión. En un poema de su último libro -Libro del vacío-, que presentó ese médico humanista y amigo, suyo y mío, llamado José Chamorro.

Rafael Duarte sabe de lo que habla aunque tenga esta cosa vallejiana de que entendamos sólo porcentajes. Como: "la combustión de todo lo sentido / reconoce las formas de matarte". O estos versos de quitarse el sombrero: "La arena es la osamenta de los siglos,/ el viento turbio y ciego de la historia,/ el adeene de la nada…".

No tengo quinientas palabras más, ni lo pretendo, para analizar el poemario de un vacío lleno de todo lo poético en la modernidad que no mira hacia lo siglos pretéritos sino a los del futuro. Rafael es como el verso de César Vallejo "¡Tanta vida y jamás me falla la tonada!". Se trata del poema Hoy me gusta la vida mucho menos, que tanto gustaba a nuestro Luis Berenguer inolvidable: "Me gusta la vida enormemente/ pero, desde luego,/con mi muerte querida y mi café / y viendo los castaños frondosos de París/ y diciendo:/ Es un ojo éste, aquél: una frente ésta, aquella… Y repitiendo / ¡Tanta vida y jamás me falla la tonada!/ ¡Tantos años y siempre, siempre, siempre!".

"Si pudiese pensar en la totalidad de un sentimiento", escribe Rafael Duarte en su poema Manual de autodestrucción. Porque "la carne no resume sus deseos". Imposible resumir los fulgores de este Libro del vacío, última entrega del poeta singular de la Isla. Del que quería escribir lo que va confuso, lo sé, incompleto, probablemente inconexo pero lleno de mi admiración antigua. Duarte sueña los libros más que los imagina, como el torero sueña la faena del tercer toro de la tarde. Camarón fue cantaor que quiso ser torero como Duarte es poeta que quiso ser torero. Ser torero es el factor común. La vida es una faena mal hecha muchas veces, con un quite por chicuelinas escalofriante. Y una estocá sin necesidad de puntillero.

Rafael Duarte es grande, señoras y señores.

martes, 13 de junio de 2017

MIRAD, MIRAD...

 📷 Enrique Montiel



Ubrique... Mirad, mirad… La calle Botica... No es la única del esplendor ni de la maravilla de ese milagro blanco de la Sierra de Cádiz en donde hay la mayor concentración de talento por metro cuadrado de España.                                                                                                                                    

UBRIQUE

Elogio de la blancura y la armonía: Ubrique.


📷 Enrique Montiel ____

domingo, 7 de mayo de 2017

Calle Real / LÓPEZ GIL

__________ López Gil

Curiosa la biografía de este hombre con relación al tranvía de Chiclana a Cádiz. Desde el primer momento se subió a la máquina, se desgañitó explicando a todos las ventajas de un medio de transporte perfecto, llevó a gente por Europa para que algunos vieran la normalidad y la modernidad de la apuesta de la Junta de Andalucía. 

En definitiva, aunque eran alcaldes andalucistas los que -por definición- apuestan por el tranvía es López Gil el que abre la oficina al público y se multiplica reuniéndose con todos los colectivos para anunciar la buena nueva: Annuntio vobis gaudium magnum. Habemus tranvía. Digo que a alguna de esas reuniones asistí, lo recuerdo muy bien. Con el consejero Zarrías, que entonces ya no lo era, creo. Fue muy ilustrativa. Un escéptico insondable -Gaspar Zarrías- y un optimista existencial entonces -López Gil- reunidos con una veintena de isleños dejándose ilustrar sobre el tranvía por la calle Real.

En coherencia con haber sido la bandera del tranvía, que se la quitó a de Bernardo y Moreno, ahora se ha convertido en para rayos. ¡Apuntadme a mí, soy vuestra víctima! Es el procedimiento. Entre los auténticos responsables, ese conjunto de inútiles, de ineptos, de impresentables, que tienen nombres y apellidos (hablo de técnicos, programadores, políticos de Sevilla…) y el malestar del pueblo, se ha interpuesto López Gil como un valiente. Esto pa ti, esto pa mi y esto pa los negritos. ¡Ole! Bueno, ole para el que no vea el juego, el trile, el bochorno que deben sentir algunos en la calle Arenal, en la plaza de España de Cádiz y en algún departamento decente de la Junta, que sin duda los hay, todo no está definitivamente putrefacto.

Que no se nos vaya el hilo. Después del vídeo demoledor de un López Gil afirmando como solía, con total rotundidad, que el tranvía circularía con normalidad no sé qué día de qué año ya pasado, ahora él mismo se asoma a la ventana de las televisiones para afirmar que, muy probablemente, sea el año que viene cuando el tranvía de Chiclana llegue… a la Isla. ¿A Cádiz? No me haga preguntas difíciles.

¿Es el mismo López Gil que tanta ilusión puso en ser alcalde de San Fernando, el modelo de modernidad, de social democracia, de heraldo de la Cultura y del progreso de la ciudad? Absolutamente no, ya se acerca más a aquel Zarrías escéptico e incrédulo, un punto soberbio y perdonavidas, hoy imputado de delitos graves en Sevilla. No va a comprometerse más con una fecha, eso lo ha aprendido perfectamente. Ni con casi nada. Amagando, parando, amenazando y siendo un frío de la política se está manteniendo en un cargo del que lo sacarán los de Pedro Sánchez si ganan las primarias. Con carácter inmediato.

Pero lo que nos interesa a los ciudadanos es que nos digan alguna vez la verdad. Y cuánto nos ha costado. No será López Gil, de esto estoy convencido.

Diario de Cádiz
Calle Real 
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martes, 2 de mayo de 2017

El Pinsapar / CASILDA SÁNCHEZ VARELA

 


______ Casilda Sánchez Varela

Hoy, Cristina Castany y yo, con su autora, vamos a presentar en el Centro Cultural ‘Reina Sofía’ la última novela gaditana que se ha publicado. La ha escrito Casilda Sánchez Varela, la hija de Paco de Lucía y Casilda Varela. Se llama ‘Te espero en la última esquina del otoño’. 

Leyéndola recordé un libro que escribimos hace años sobre Narrativa en Cádiz. De ser ahora entonces tendríamos que incluir esta novela con todo merecimiento. Con la curiosidad de que hay mucho más Cádiz en el libro de Casilda que en muchos de los que entonces estudiamos los autores de aquel libro de la Cátedra ‘Adolfo de Castro’. Es una de las sorpresas que nos depara la novela de esta mujer joven y extraordinariamente dotada para la Literatura. Quiero decir que Cádiz está en algunos fulgores, algunos fogonazos de su habla, de su modo de construir el diálogo vital. Y en los nombres que identifican la ciudad, que no es un algo fosilizado e impersonal sino un territorio lleno de vida en donde se pueden mirar las emociones y las peripecias vitales de sus personajes. Por eso me he apresurado a ponerle apellido de gaditana a ‘Te espero en…’ Porque Cádiz es además de la ciudad escrita, la ciudad descrita. Por alguien que en verdad la conoce y, mucho más, cuando sus ojos están acostumbrados a otros paisajes, incluso a otros acentos.

Como buena novela, el libro de Casilda Sánchez Varela es un libro de amor pero cuidado, no es un libro, son varios libros en uno o experiencias que se cruzan en una transversalidad electrizante. Ni se me ocurre siquiera resumir un libro que, por otra parte, es difícil de resumir porque presenta muchas novedades y hace un catálogo de mujeres excepcionales pero va a funcionar, inevitablemente, que la autora es hija de una pareja de personas excepcionales que ha definido Casilda del siguiente modo: Mi padre, Paco de Lucía, era un genio pero mi madre, Casilda Varela, era una genia”. Mas fuera del ámbito de lo conocido la urdimbre de esta novela, ya digo que buenísima, es una historia dentro de otra historia dentro de otra historia, con muchas concomitancias, excursos y recorridos enlazados por un hilván pocas veces perceptible. Un cosido de mucha calidad, en definitiva. Que muestra -y demuestra- una madurez expresiva y un dominio para el contar francamente extraordinarios.

Si existe una literatura femenina debe parecerse mucho a esta primera novela de Casilda Sánchez Varela. Y no solo por la primera persona que habla o la tercera persona que narra, que son todas las voces, que narran, se duelen o sueñan en ‘Te espero en la última esquina del otoño’.

Diario de Cádiz
El Pinsapar
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domingo, 30 de abril de 2017

Calle Real / EL TRANVÍA NOS PASA POR ENCIMA
















__________ El tranvía nos pasa por encima

Verán ustedes, señores concejales todos, señora alcaldesa: llegados a este punto la ciudad no les va a perdonar que no se pongan de acuerdo sobre un asunto que ya pasa de castaño oscuro: el tranvía por la calle Real. Como quiera que este es un hecho inevitable ya, ha llegado el momento de que todos ustedes se subordinen al bien superior de que el tranvía pase por la calle Real y no por encima de la ciudad. Porque está subiendo una marea de enojo que deberían auscultarla todos ustedes, concejales representantes de San Fernando. Es que no se trata de a ver quien le mete mejor el dedo en el ojo a Patricia Cavada, se trata de que el tranvía debe pasar ya por la calle Real con todas las garantías, cautelas y lo que sea de menester. Bastante mal se ha hecho hasta el momento, que parece increíble, como para que encima debamos asistir a plenos municipales en los que no se llega a un acuerdo de mínimos sobre la calle Real. Acuerdo que es esencial, como todo ya en este tramo final del proyecto. Porque nos va a coger el tren de verdad, vamos a hacer un ridículo espantoso. Y será el remate del disparate el que no se haga lo necesario para que resulte lo conveniente.

Llegados a este punto y dicho lo cual, aplaudiría que Patricia Cavada llamara a capítulo a los portavoces y pusiera sobre la mesa el acuerdo o nadie se levanta de aquí. ¿Ingenuo? Me da lo mismo porque no me da lo mismo es este ‘Todos contra Cavada’ que he leído y oído en varios sitios. ¿Todos contra Cavada? El tranvía ha pasado el otro día muy despacio, como mirándolo todo. La ciudad, pues, deberá adaptarse a ese paso cada media hora, o menos. O más. A ese paso. Es una mole por todo el centro de la Isla hasta que se vaya miniaturizando, que acabará ocurriendo, pero es lo que hay. Y ante este ímpetu, peatones, vehículos, garajes, locales, todo lo que rodea el fenómeno tranvía deberá tener su encaje y las aportaciones de todos para que sea lo menos traumático posible, lo más aceptable y conveniente, ya decía. Esto se hace con criterios técnicos y criterios políticos pero sobre todo con un gran acuerdo de todos porque a todos afecta ese tránsito que, al parecer, nos va a poner en el futuro de una ciudad con futuro.

Da dolor esta incapacidad nuestra para el acuerdo, el pacto, la negociación, el dialogo. Que cada día se hacen más necesario para avanzar, tener éxito y que, en este caso, el tranvía no nos pase por encima…

Diario de Cádiz
Calle Real 
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martes, 25 de abril de 2017

El Pinsapar / TÚ, MÁS


________ Tú, más

Ayer hemos sabido que el juez Eloy Velasco investiga en la Operación Lezo a Eduardo Zaplana, a Juan Miguel Villar Mir, presidente de OHL, una muy importante constructora. Y a sesenta más. Su yerno, consejero delegado de la empresa OHL había sido detenido y puesto en libertad tras el pago de una fianza importante. ¡Qué vértigo! ¿Sí? Pues enseguida te dicen que a los del PP los tratan peor que a los del PSOE, que ahí está el asunto de los EREs y pasan los años y los años y no se condena a nadie, vamos, ni se abre el Juicio, con la cantidad de dinero presuntamente sustraído o mal empleado y los cargos públicos que estaban en la picota cuando llevaba la Instrucción la jueza anterior a la que hay ahora. Bueno -añaden- de los Pujol para qué vamos a hablar, tienen impunidad (en verdad he oído decir ‘inmunidad’, que tenían inmunidad, como si estuvieran vacunados contra la viruela). Seguro que también tú has oído decir de todo. Barbaridades, digo. Desde que todo está perdido, la democracia española se va al carajo, el mundo se cae al suelo y se rompe en mil pedazos, qué desgracia más grande, y nosotros, la gente, pagando impuestos y más impuestos toda la vida y estos canallas robando como si se fuera a acabar el mundo. Ah, el ribete ‘literario’ es el momento en que Esperanza Aguirre va a dimitir de todo y meterse en un convento de clausura (política). Es que era experta en selección de personal directivo altamente cualificado y cuando tú eres eso y eliges una mano derecha y una mano izquierda que acaban en el tardón sin fianza es que no habría que pensar en nada, habría que coger la puerta y hacer penitencia mucho tiempo, no volver.

¿No va a haber nadie que explique que no hay un ‘Tú, más’ si es que realmente no lo hay? ¿Nadie va a informar de que se van a hacer las cuentas de lo robado, presuntamente, y se va a buscar todo hasta debajo de las piedras? ¿Quién explicará qué es lo que se ha hecho mal, qué es lo que ha permitido esta fuga de un sistema político que sucedió a una Dictadura de casi 40 años? La perplejidad es un estado benigno de la opinión pública porque en zonas ya se alzan voces, lo que nos faltaba, los que creen que ha llegado el momento de prender fuego a todo esto. Porque es verdad que todo es susceptible de empeorar. Algo así como, bueno, róbame pero no me mates. ’Tú, más’ es una descripción peligrosísima. Porque extiende a la totalidad este hedor. Insoportable.

Diario de Cádiz
El Pinsapar
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martes, 18 de abril de 2017

El Pinsapar / LA TRAMA



_________ La trama

Me entrego. Desde el principio. Y mucho más por lo que espero a la vista de lo que he visto, y veo. Los estrategas de comunicación de Podemos van a dar muchas tardes de gloria a la Comunicación como arma política. 

Y lo último el autobús con la trama. Alguno de los afectados están hablando ya de diana, que han puesto su imagen en una diana. Esto de las dianas me recuerda demasiado a las dianas que pusieron en muchas paredes del País Vasco cuando entonces. Un nombre y una diana era coger una maleta con lo justo y salir de tu pueblo, darte de baja de vasco. Porque la parabellum ya estaba engrasada. Pero bueno, ni el que habla de dianas se cree que su cabeza esté en el objetivo de una pistola. Quiero pensar. Podemos ha fletado el autobús para ir por los pueblos, las ciudades y las televisiones con esas imágenes de la trama que denuncian, que es el último recurso verbal. Funciona el qué malos son, qué buenos somos. Va por barrios.

Pedro Sánchez no ha contratado un autobús con las imágenes de Susana Diaz y Madina, más los barones que se han señalado a favor de la presidente andaluza para la reconquista de España. Y el de Málaga que dijo lo que tantos pensaban -y piensan- con la mala suerte de que había uno de entre ellos que lo vendería por 30 monedas de vaya a saber usted qué, grabándolo. Fuera de contexto -conspiratorio, claro- sus palabras han causado estupor. ¿Calladitos más guapos todos? Se decía en tiempos de don Alfonso: el que se mueva no sale en la foto. ¡Con la de codazos que se dan algunos para salir en una foto! Un trama sin adjetivos, sin complementos, no puede ser delito. Creo yo. Así que como la palabra es connotativa pues van a tener que buscarse la vida no sé cómo. 

Lo de la diana ha sido inmediato. Pero tampoco, no va a colar. Las tramas tienen eso, se teje sobre una urdimbre. A mano o a maquina, sonrío. ¿Qué les pasa, qué nos pasa, qué clase de trama es la de Ortuzar para pedir la cosoberanía del País Vasco como si Euskadi fuera Gibraltar? Se necesita poca vergüenza. Como poco. O estar desesperado, que puede. No lloréis por mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos, se decía en la Pasión cercana. Todos los disparates suenan a apocalíptico: ¿una trama malvada gobierna y dispone en España? ¿La democracia está sobrevalorada, que decía Underwood? Y mientras, llega Trump y pone en Afganistán la madre de todas las bombas. Se estaba secando la pintura del bus de Podemos…

Diario de Cádiz
El Pinsapar
2017 04 18_