domingo, 28 de febrero de 2010

Calle Real / LA CIUDAD AMABLE









_______ La Ciudad Amable

No conozco todavía las instalaciones de la Asociación de Enfermos de Parkinson, distinguida recientemente con el Premio a los Valores Ciudadanos. Pero sí a un enfermo de Parkinson en particular, que quiero muchísimo, y puede considerarse un ejemplo del trabajo que la hizo posible, y a su joven y animosa directora, activa y competente. El Parkinson, como el conjunto de las terribles enfermedades neurodegenerativas, ha creado enfermos lúcidos, luchadores. Verdaderamente, los grupos de enfermos y sus familiares y amigos, de muchas enfermedades, han venido asociándose y peleándose por un lugar al sol. En La Isla han logrado cristalizar lo que me gusta llamar “La Ciudad Amable y Solidaria”. La forman el CRMF, UPACE, el Centro de Alzheimer, la AEP... Con el Pan Nuestro, el Hogar de San José, la Residencia de la Cruz Roja que soñó el dr. Martín Almeida y que puede que todavía no haya sido, pero que tiene que ser pronto, estoy seguro... Y las Caritas de las parroquias, la mucha gente que, con la máxima discreción, ayuda a sus semejantes.

De esto quería escribir hace mucho, pero la actualidad, muchas veces, se te cae encima como un alud y tienes que decir lo que si no dijeras te explotaría por dentro. No me ha gustado nunca formar parte del coro de los grillos que cantan a la luna, ni cantar en la comparsa de “Las Plañideras del Entierro de la Sardina”, ni estar en el elenco de “El gran teatro del mundo” y otras obras poco sacramentales. La actualidad, en La Isla, es como una fístula mal cerrada. Una suerte de eterno retorno. Lo hundido y no enterrado acaba subiendo a la tersa superficie del agua. Porque no dimiten, no se van. Se ha puesto la casaca de Luis XIV y en vez de levantarse dando gracias a Dios por otro día ensayan en el espejo del cuarto de baño “L’etat, c’est moi”. Lo que se podría traducir por “El PP soy yo y después de mí el diluvio”, por ejemplo. O este autoengaño de que van a ganar por mayoría absoluta “con estos mimbres”. Nada, ya queda menos, Pedemonte. Digo para saber si eres tú la que tiene razón, o la tengo yo.

Pero yo quería hablar de La Isla Amable y Solidaria, la ciudad de albergue y cuidado de estas enfermedades terribles por las que luchar y dar consuelo. Es La Isla también de nombres propios, es la ciudad del Padre Juan, y de Maripepa Castañeda, José Manuel Porras, Emilio Hurtado, Lola Garzón y Miguel Vélez, Jesús Martín Almeida, Tere De Benito… Hay muchos nombres poco conocidos que merecen el mármol y el acero, el reconocimiento de todos. Porque llevan años trabajando, luchando por este lugar al sol, por una Isla amable en donde proclamar que otro futuro es posible.

Diario de Cádiz
Calle Real 
2010 02 28_


lunes, 8 de febrero de 2010

Calle Real / MI SOBRINA ANA










________ Mi sobrina Ana

Al terminar la ceremonia de inauguración del nuevo Centro de Congresos del Cine Almirante, en la que, por cierto, los del PP isleño fueron reducidos a meros convidados de piedra, que puede que sean lo que son (más el coche oficial de Pedemonte), pues nadie los invitó a hablar en esta ceremonia de incienso a la Diputación, representada por Pérez Peralta, vi que entre el público se encontraba mi sobrina Ana, con sus padres. Mi sobrina Ana está acabando Arquitectura y es un moza muy esbelta e inteligente que ha heredado de su padre, arquitecto, cierta sorna irónica. Hacía que no la veía y fui a darle un beso. Como venía negro del desatino cometido en un nuevo equipamiento de la ciudad que ha costado tanto tiempo hacer, y tanto dinero, porque no cabía en la butaca, pregunté a mi cuñado (que es de mi porte, por cierto) si las filas de butaca obedecían a los estándares admisibles para estos casos. Mi sobrina Ana respondió a la pregunta sin vacilación alguna:

-Yo pongo estas medidas en un proyecto de la Carrera y me catean.

Su respuesta me dejó admirado de su inteligencia analítica. Es de "suspenso" este aspecto del Centro de Congresos que echa por tierra una obra realmente interesante en la que se han conjugado espacios y volúmenes con singular acierto. ¿Por qué somos tan torpes, por qué no coronamos las cosas con buen sentido, buen criterio? Es de depresión haber realizado este Centro que tanta falta hace a La Isla, y al "centro" urbano, para su enriquecimiento y proyección, y permitir que el espacio central, el auditorio mayor, presente unas hileras de butacas en donde no se cabe, prácticamente, y en el que, sin duda alguna, es de martirio sentar a una persona durante una hora, o diez minutos.

Así que visto lo visto, no paro de pensar en el proyecto de equipamiento de la calle Real, concretamente las terrazas de los bares y cafeterías. Que se haga, como debe ser, desde el diálogo y el acuerdo, no puede significar que no se aproveche la oportunidad (vía incentivos, ayudas, asesoramientos, financiación, lo que sea) para realizar una profunda transformación de la calle Real bajo perspectivas de modernidad, inteligencia y estéticas necesarias.

La profunda transformación que se está operando en una "calle" difícilmente encontrable en muchas ciudades, no puede convertirla en un zoco variopinto en donde la propia calle, que es de todos, se convierta en prolongación de estéticas interiores charras o, simplemente, inadecuadas. El responsable municipal de este asunto debería apoyarse en los puntales sensatos de la representación empresarial y alumbrar una normativa para todos que haga inviable hacer de nuevo el patio de butacas del Centro de Congresos del Mundo Mundial en la calle del Tren Tranvía.

Diario de Cádiz
Calle Real
2010 02 08_