domingo, 27 de abril de 2014

Calle Real / DON CAYETANO


________ Don Cayetano

Años después, casi una vida después, San Fernando acuerda poner un busto de don Cayetano en una barriada de su pueblo, que ya llevaba su nombre. Don Cayetano Roldán es más que un nombre en esta ciudad, es la representación de un martirio, el ejemplo de la crueldad máxima de las guerras civiles. 

Fue un médico bueno, generoso, entregado a los pobres. Digo que la ciudad guarda la memoria de sus buenas obras, los hijos de los testigos de su bonhomía todavía refieren lo que oyeron de sus padres y abuelos.

Elegido alcalde durante la II República, al inicio de la rebelión militar fue encarcelado, junto a sus tres hijos varones. Pocos meses después fueron fusilados. Primeros los hijos, más tarde el propio don Cayetano. El menor de los cuales no tenía 17 años. 

No hay que buscar motivos, era el odio que dividió a España durante la guerra civil. Y tal vez el miedo. Nombres propios y nombres de ciudades y pueblos llenan la página negra de esa historia terrible, la historia del odio y del miedo, acaecida en la España de los años 30.

Lo fraterno, esta matanza de hermanos, este crimen de españoles perpetrados por españoles, hace distinta la crueldad, la ausencia de piedad y misericordia de los bombardeos sobre las ciudades inglesas, alemanas, japonesas.

Aquellos civiles inocentes masacrados por todas las bombas se volatilizaron en el humo y el estruendo pero la sangre derramada, cercana, los cadáveres sepultados en un fosa común fueron los cadáveres asesinados de nuestros vecinos, de nuestros amigos, de nuestros padres y hermanos. 

Este busto que finalmente se pondrá en nuestra ciudad, en la barriada que lleva su nombre, es la resurrección de lo que nunca debió morir ni ser matado: el busto de don Cayetano Roldán será el busto de todos los fusilados en San Fernando durante los años de plomo, los años crueles.

Nunca nadie pudo poner una gota de sangre en las manos de este médico bueno de la ciudad. Murió por sus ideas republicanas. Y sus hijos murieron un mucho por el simple hecho de serlo: hijos de don Cayetano Roldán. Otros hijos de esta ciudad tuvieron muertes crueles y despiadadas, en Cartagena, en otras geografías de la maldad y de la muerte incivil. Han pasado los años y ahora tiene que venir de verdad una reconciliación completa. No quiero otra herencia ni ninguno deberíamos quererla. En la primavera que ahora nos alumbra ya sólo quiero ver el busto de aquel mártir y conocer los nombres y circunstancias de sus asesinos para que no queden impunes. Es lo más doloroso de estas contiendas del odio, la impunidad de los asesinos, de todos los asesinos.

El busto de don Cayetano va a representar de verdad la reconciliación con el pasado, la justicia con el inocente derribado. Todos los inocentes derribados en aquella España terrible.

Diario de Cádiz
El Pinsapar
2014 04 27_






















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