martes, 22 de septiembre de 2015

El Pinsapar / Poema obligatorio... y tres o cuatro ríos.

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___________ Poema obligatorio

El poeta dijo: 'No amo mi patria. Su fulgor abstracto es inasible'. La afirmación ya sobrecoge. Mas inmediatamente, casi sin respirar, sobre la última nota del canto, añadió: 'Pero (aunque suene mal) daría la vida por diez lugares suyos, cierta gente, puertos, bosques de pinos, fortalezas, una ciudad deshecha, gris, monstruosa, varias figuras de su historia, montañas -y tres o cuatro ríos'. Se llamaba José Emilio Pacheco y había nacido en la Ciudad de México en 1939, donde falleció la tarde de un domingo de enero del pasado año. El poema ha ido por el viento desde que fue escrito, leído por los poetas en sus antologías personales, motivo de reflexiones infinitas, estudios y comentarios. Resumía en pocas palabras -las perfectas palabras de los poetas- su relación con México, que no amaba pero que era su patria. A todos nos puede ocurrir algo parecido con todas las patrias que habitan en nosotros. Yo no amo mi patria chica, cuyo fulgor abstracto me abstengo de definir ahora, pero daría mi vida por cierta gente, algunas figuras de su historia, paisajes, algunas noches de verano y, sobre todo, por la primera mañana que recuerdo a mi madre, al trote de sus palabras sencillas abriendo el balcón para despertarnos diciendo: Que entre la Gracia de Dios en esta casa.

Nadie hace el poema obligatorio en estos días, lo recita sin descanso por las plazas, en las radios. En Cataluña. ¿No hay cierta gente, algunos ríos, diez lugares que nos mantengan unidos aunque no nos guste ni amemos la patria que un día fue refugio de canallas y hoy sea esta amenaza sobre el Todo, este juego de ruleta rusa que puede que otros canallas estén haciendo contra nosotros desde la patria nonata? No logro imaginar a mis primos hermanos catalanes trayendo los huesos de sus padres, expulsados de una patria que le dicen ahora que no lo era. ¿Valió la pena extrañarse, partir? Les dirían: vuestra patria, esa mentira. Y les darían la espalda. Pero sería otro de los caminos por los que nos encomiendan. Los caminos que no tienen salida, que es de lo que se trata. No es decir lo que duela, tomar aire y seguir el camino. Por cierta gente, algunos ríos, figuras de nuestra historia, puertos, bosques, fortalezas… ¿Tiran de la cuerda a sabiendas, trucan todo, mienten? Pobre gente a las que encierran en el interior de sus cabezas con espejismos, con mentiras y con seguridades inexistentes.No se acabará el mundo el domingo ni amanecerá un lunes de fronda por los valles, las aldeas, los pueblos y las ciudades de España. Estará siempre el poema obligatorio.

Diario de Cádiz
El Pinsapar
2015 09 22_

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