viernes, 15 de noviembre de 2013

PEPE ONETO, PREMIO 'LIBERTAD DE EXPRESIÓN' A LOS VALORES PERIODÍSTICOS



José Oneto Revuelta
Premio Libertad de la Ciudad San Fernando
Año 2013
Real Teatro de las Cortes
15 de Noviembre

_________ Me piden una glosa de Pepe Oneto, Premio Libertad 2013 de la Ciudad de San Fernando, año bicentenario de la fundación de la ciudad, la Muy Noble, Leal y Constitucional Ciudad de San Fernando. Para ustedes. Forma parte de una liturgia. Me apresuro a decir que todo en la vida posee una liturgia. Y que lo agradezco de todo corazón.

La Institución Municipal, nuestro Ayuntamiento, creó el Premio a la Libertad bajo la inspiración de la Libertad que se decretó en este Teatro en 1810, algo de cuya importancia, salvo que lo pensemos detenidamente, esto es, que nos detengamos a pensarlo, quizá no alcancemos a ver en su exacta proporción. Me apresuro a decir que los meses que las Cortes de la Nación española reunidas en la Villa de la Real Isla de León y en la ciudad de Cádiz, el gran esfuerzo legislativo que hicieron, se encaminó en dos direcciones, la construcción de una Nación de ciudadanos que no fueran de ninguna familia ni persona y la dotación del material legislativo que lo hiciera posible, que hiciera posible la libertad de los españoles.

Como luego vino lo que vino y que mejor no recordar en esta noche alegre en que se rinde, con un premio cuyo prestigio recibe de los premiados y de su propia naturaleza, como el Premio Nobel Mario Vargas Llosa y el gran fotoperiodista Morenati, gaditano de Jerez, digo que han transcurrido dos siglos de avatares sobre los españoles y su libertad, no sólo la libertad de imprimir y exponer las propias opiniones, sino libertades más fundamentales, si cabe, con el permiso de ustedes, quisiera presentarles al Pepe Oneto que yo he conocido y tratado durante cerca de 35 años, el periodista que contribuyó decisivamente a la libertad de los españoles con el esfuerzo de su generación, la llamada Generación de la Transición, con el Rey don Juan Carlos, que Dios guarde, y el presidente Adolfo Suárez al frente de la manifestación.

La primera vez que vi a Pepe Oneto y a Paloma, su mujer, iban al cine que había en La Isla bajando la calle Comedias, el Cine San Fernando, que ya no existe, claro. Y la primera vez que hablé con él, que me lo presentó Nicolás, el fotógrado de Diario de Cádiz e inolvidable amigo, fue en la Librería Bozano, cuando firmaba uno de sus primeros libros, editado por Planeta, creo recordar. Pero, claro, ocurre que yo conocía a su padre, Manuel Oneto, y su tío Antonio, hermanos que se quisieron todos los días de su vida y que se encontraban muchas tardes en el Círculo de Artes y Oficios que había en la calle Real. Cuando algunos ponderan, o no, el gusto por el vestir bien de Pepe Oneto, lo hacen porque desconocen que su padre y su tío eran dos perchas, eran esos cañaíllas elegantes y no sólo en el vestir.

El padre de Pepe Oneto trabajaba en la Constructora. Considerando que nuestro reciente Premio a la Libertad nació en 1942, pueden imaginarse que su aprendizaje de la libertad fue parejo al proceso de emancipación de los españoles. Pero para no adelantar acontecimientos debemos decir que Pepe Oneto fue al “colegio de los hermanitos” de La Salle, como se dijo siempre en San Fernando, una institución que en estos días cumple 125 años; y a la Academia de don Pascual O’Dogherty, cosa que nunca olvida. La verdad es que Pepe Oneto tiene una memoria de elefante pero en un corazón de oro, generoso, desprendido y bondadoso. Elegancia y corazón podían haber sido el lema de su casa, el lema de sus padres. Único varón, con una hermana, María del Carmen, el hogar de los Oneto Revuelta era aledaño a la calle Real y cercano al de uno de los grandes artistas de la orfebrería isleña, Eduardo Martínez, abuelo de uno de nuestros artistas de referencia, el joven gran pintor del mismo nombre. La madre de nuestro Oneto era hermana del padre de nuestro Pepe Revuelta, el prof. dr. don José Revuelta Soba, una autoridad mundial de la cirugía vascular y una de las mejores personas que conozco, varón único también, de la otra familia hermana de nuestro hombre. La desgracia hizo que la madre de la familia hermana falleciera pero eso unió más si cabía a los dos familias, ejerciendo la madre de Pepe Oneto de “madre” de los hijos de su hermano, de madre de sus sobrinos.

Cuento esta parte de la biografía más emocional de Pepe Oneto porque el aprendizaje de la libertad, que ha sido su vida finalmente, tuvo su correlato en el aprendizaje de la solidaridad generosa de su madre y de su padre, con sus primos Revuelta Soba. La bondad, creo yo, también se aprende en casa.

Y pasó el tiempo muy deprisa y Pepe Oneto, “porque era muy listo”, logró una beca para estudiar en la Universidad de Madrid. Orgullosos sus padres y sus amigos y toda su familia, el joven Oneto Revuelta empezó sus estudios de Economía en la Complutense pero su vocación había crecido de un modo incontenible, su vocación era la pasión de contar, de mirar, libremente, la realidad: Su gran pasión ya fue para siempre el Periodismo. Así que sus Estudios de Económicas y su futuro profesional como Economista, se quedaron atrás por la pasión de la libertad de escribir y publicar sus opiniones y relatar los aconteceres de su país, en los años que iban a ser decisivos.

¿Sabían ustedes que Pepe Oneto fue el primer periodista que entrevistó al Príncipe don Felipe, el Príncipe de Asturias? Era un niño todavía pero nuestro paisano pudo lograrlo. Como tantos logros como casi portadas ilustran gran parte de su vida: el Diario Madrid, Cambio 16 y Tiempo.

El joven Oneto del Diario Madrid, que cerró el ministro Sánchez Bella (don Alfredo), que en paz descanse, pasaría a lo que quizá se pueda llamar hoy “un proyecto” apasionante. Pero con la primera advertencia de lo que cuesta en España la libertad. Lo encabezó Juan Tomás de Salas y se llamó Cambio 16. Digo que enseguida Cambio 16 se convirtió en una revista semana de referencia y enseguida también Pepe Oneto, llamado por Juan Tomás de Salas a la redacción, sería su subdirector y más tarde su director.

En las Facultades de Periodismo se estudiarán con detalle las informaciones, las portadas, el periodismo que Pepe Oneto y un grupo de maravillosos periodistas hicieron en Cambio 16, que fue un éxito empresarial pero fundamentalmente fue un éxito de la libertad de los españoles, porque era la revista-espejo en donde uno podía ver que otra España era posible, otro mundo era posible en las cuatro paredes cerradas a cal y canto de nuestras cabezas...

Este hombre con flequillo es uno de los “culpables” del éxito de la aventura equinoccial de esa libertad decretada en este viejo teatro de comedias convertido en “Su Majestad” por aquellas Cortes, que el Rey estaba en el exilio y tuvieron voluntad determinada de representar a los españoles de ambos hemisferios.

Como se trata de contarlo aquí, en su pueblo, decir de Pepe Oneto, hacerle una glosa adecuada, pertinente, debo apresurarme a decirles que en Madrid, algunas tardes, me hizo confirmar que el aire no olía a bajamar, a Zaporito... Y que el viento que nos cortaba el aliento no era nuestro levante ni nuestro poniente, era ese viento criminal que manda el Guadarrama “de azules lejos” que escribió Valle-Inclán. Y que el famoso episodio de la magdalena de Proust lo ha vivido Pepe Oneto con palabras del acerbo de su infancia y primera juventud, palabras como “cundi”, “mijitas del freidor”, “compuerta”, “el pito de la Constructora” y, en general, todo ese arsenal de la nostalgia que nos trae al pasado, al pasado en que nuestros padres son jóvenes, vitales y tenemos un hogar donde borbotea un puchero... “con todos los avíos”, nuestras madres hacen alcauciles con chícaros y habas en Cuaresma y tortitas de nochebuena en diciembre...

El hombre elegante del flequillo -Enrique, tú qué eres su amigo, ¿se lo tiñe?- pasó sus vicisitudes, vivió una vida a menudo de gran crudeza, en el interior de sus empresas y en su propio país. O sea, que hubo un día en que Pepe Oneto no pasó por el lugar de Arturo Soria en donde lo esperaban dos criminales de ETA y por eso hoy va a recibir este Premio de manos del Alcalde de su pueblo, don José Loaiza, para alegría de todos nosotros. Porque ese día no pasó por el lugar que le habían destinado para matarlo.

Tras un período de reflexión obligatoria, Antonio Asensio lo fichó para dirigir la revista Tiempo. En poco tiempo la convirtió en la más leída de España, la de más influencia en la opinión pública. Digo que compitió contra si mismo, portada contra portada, información contra información... Al mismo tiempo que defendía la libertad en el bastión de la libertad que fue su vida.

Cumplidos los tiempos de esa dirección, subió a la planta de los Consejeros, de los altos directivos, sin dejar de escribir y seguir ayudando a esta verdadera enseña de un grupo editorial y multimedia llamado Grupo Zeta.

Y dentro de este grupo consintió en dirigir los Informativos de Antena 3 TV, un nuevo y auténtico reto personal y profesional, pero sobre todo un reto al culto a la libertad que fue su vida. Porque fue tremenda la presión que soportó con su sonrisa y su ironía gaditana (para entendernos). Muchos conocen cómo terminó su aventura en Antena 3 TV, la guerra de medios, brutal, como consecuencia de un debate político áspero y una lucha por el poder sin concesiones.

Pasada aquella aventura, tan intensa que pareció más de la mitad de su vida, nuestro flamante Premio Libertad volvió a Tiempo, en donde siempre había estado. Y de allí a las tertulias radiofónicas de Onda Cero, otras televisiones, las colaboraciones en República.es y en El Periódico de Cataluña, entre otros. Todos buscamos, buscan, su firma para conocer su opinión, su estilo propio de abordar lo cotidiano desde un necesario escepticismo, una visión irónica, libre. La misma con la que empezó su periplo en La Isla de Camarón, en donde nunca hubo una emisora de radio y tardaría mucho en llegar un semanario -Mirador de San Fernando- en donde se publicaron las primeras noticias de Pepe Oneto.

No tengo el tiempo, evidentemente, de contar aquí toda la historia vital de Pepe Oneto, su viaje de La Isla a La Isla en este día grande en que la ciudad natal del gran periodista, del gran amigo y de la gran persona llamada José Oneto Revuelta, le reconoce todos los sinsabores, los insomnios, los sufrimientos, los peligros vividos, y los éxitos. Que han sido innumerables.

Me adelanto a la próxima glosa que pueda hacer de mi amigo de todos estos años: El 15 de noviembre del año 2013, bicentenario de la concesión del título de Ciudad de San Fernando a aquella Real Isla de León en donde se decretó la libertad de imprenta, se decretó la libertad, José Oneto Revuelta recibió el Premio Libertad en medio de una gran emoción de todos. Ya sólo queda la predilección de esta ciudad por el periodista más importante de toda su historia. Que sea en vida.

Y que todos lo veamos.

Muchas felicidades, querido Pepe. Muchas gracias, Alcalde, por haberme permitido decir aquí algo de lo que yo sé de mi amigo Pepe Oneto.

He dicho.                                                                                                                            

____ Enrique Montiel