miércoles, 31 de octubre de 2012

PALABRAS PARA UN MAESTRO DE LA GUITARRA FLAMENCA




_______________ Palabras para un Maestro de la Guitarra Flamenca

Se cuenta, al modo de las grandes hazañas, al modo de una épica del arte que siempre acompaña al Flamenco, que Francisco Sánchez Gomes, conocido en el siglo como Paco de Lucía, no falló ni una sola nota del Concierto de Aranjuez, del maestro Joaquín Rodrigo, cuando actuó de solista en el Teatro Real. El “purismo” musical se había llevado las manos a la cabeza, pero el de Algeciras quiso hacer la hombrada. Y lo logró. No se trataba de armonizar unas cuantas falsetas, darle velocidad a la mano, tocar con rabia y dolor... Lo de Paco de Lucía, a su modo, fue un éxito parecido al que siempre se atribuyó Antonio Mairena a sí mismo, “haber llevado el Flamenco a la Universidad”.

Algo parecido podríamos decir de otro excepcional guitarrista flamenco, Francisco López-Cepero, conocido en el siglo por Paco Cepero. El de Jerez no lo hizo con obra ajena, como el maestro de Algeciras, lo hizo con obra propia, compuesta por él, memorizada por él e interpretado por él: La Suite Gades, su contribución generosa y apasionada a Cádiz y a su Constitución bicentenaria, la primera Carta de Libertad de los españoles “de ambos hemisferios”.

Tuve el privilegio de asistir a su estreno mundial, en la ciudad de Cádiz y en su Gran Teatro Falla, acompañado de la Orquesta de la Ciudad de Córdoba, magnífica como es sabido.

En aquella ocasión, el nuevo Académico de la Real de San Dionisio, Medalla de Oro de las Bellas Artes, Excmo. Sr. Don Francisco López-Cepero, no memorizó la música de nadie sino que interpretó su propia música, compuesta por él mismo en su casa jerezana de la calle Encaramada, en el barrio de San Miguel. De principio a fin, del hilo al pabilo, de la primera a la último corchea, fusa, semifusa, blanca, negra... Un asombro si bien se mira toda vez que nuestro Académico no “sabe” música al modo en que se suele hablar de quienes no componen escribiendo en otro papel pautado que no sea el de su corazón y el movedizo e inaprensible de la memoria.

Entonces, y ampliando en la épica de la música flamenca, estamos hablando de una proeza que sólo conozco en el Arte. Porque, por mor de esta Suite Gades, compuesta por Cepero como homenaje a la gran aventura para la libertad que fue 1812, la Constitución de Cádiz, Francisco López-Cepero se ha situado en el mismo escalafón en el que están Turina, y Granados, Falla o Albéniz. Más que nada porque por ahí ha vibrado su inspiración, en esa trayectoria que nos identifica, nos hilvana en la sensibilidad y en el buen gusto.

No crea el lector que es un exceso de mi admiración por Paco Cepero y si lo creen, sólo se equivocan en una cosa, en el exceso que no en la admiración, que es antigua y siempre creciente, siempre sorprendida, siempre completa. Parecerse no es ser igual, innecesario me parece abundarlo.

Huyo siempre tanto, en ocasiones como esta, de la lectura sin alma de los datos biográficos desnudos que hago lo que sé, escribo como si escribiera otra historia, pongo desorden en el modo de ordenar las circunstancias de la vida. Porque sí, es conveniente decir que quizá empezara todo cuando se presentó voluntario a un coro de su colegio de los Hermanos de la Salle, o cuando doblegó la voluntad de su padre, que quería que “estudiara”, que no se dedicara al “Arte”, que ya sabemos lo que era el Arte en general y el Flamenco en particular hace 60 años, o sea, en la España de los años 40, y 50... Y 60.

Pero sí, es un hito inicial, como hito inicial fue el tiempo, poco tiempo, que estuvo dando clases de guitarra con Molina o Rafael del Águila (a quien tiene por maestro), una vez logró doblegar la resistencia de su padre, que quería que estudiase...

Y de su colegio de La Salle a Rafael del Águila se da el salto a esa primera vez en que lo suben a un escenario a tocar. Seguro estoy que el propio Paco Cepero. Yo sólo quisiera recordar lo que a tan pundonoroso y exigente (consigo mismo) primer Paco Cepero hizo sufrir el empinado aprendizaje del compás. Del compás de Jerez.

Quizá entonces no sabía el hoy Académico Paco Cepero que sin compás no hay música, buena música, quiero decir. Y que en la música flamenca, en el Flamenco, el compás es el tornasol inesquivable, la definitiva prueba del algodón, como se diría muchas décadas después a la prueba de las pruebas de la veracidad de algo. Curioso resulta, y paradójico, que quien hoy es considerado como uno de los guitarristas de acompañamiento más enduendados y de mejor compás empezara la andadura con tan exigente compaña.

Hoy nuestro amigo, el Excmo. e Ilmo. Sr. don Francisco López-Cepero, por Medalla de Oro de las Bellas Artes y por Académico Correspondiente de esta Real Corporación, el admirado Paco Cepero, es un músico múltiple. Quizá esta definición sea la que mejor explica su compleja personalidad y arquitectura artística. Que se desdobla en los siguientes: Guitarrista flamenco de acompañamiento, Guitarrista flamenco solista, Compositor e intérprete de guitarra sinfónica, compositor de canciones... Y cantante. Cantante para la intimidad de su casa, para la intimidad de los amigos, para la intimidad del público cuando el artista ha hecho abstracción, precisamente por ese público, del espacio real por el espacio de la intimidad de la que hablo.

En cada faceta, en cada arista de sus poliédrica condición artística está el correlato de su biografía. Quiero decir que por empezar a ser un muy buen guitarrista de acompañamiento se lo llevó Caracol a su tablao madrileño. Jerez entonces empezó a ser la nostalgia de su son, la tierra de sus padres, el hogar de Chari, su novia, el amor de su vida. Pero Madrid a Paco Cepero, como a tantos artistas -de Jerez y de toda la geografía flamenca de España- le sirvió para otear un horizonte en el que las cosas empezaban a cambiar...

En Madrid Paco Cepero tiene acceso a la televisión, en donde graba con algunos de los cantaores más importantes de ese tiempo y, desde Madrid, abierta la época de los festivales y los viajes por el mundo, nuestro guitarrista está en los festivales y viaja por Europa y América (de norte a sur), se encuentra con otros paisajes, otra riqueza, otros sones... Y se empieza a buscan en los adentros de su corazón lo que, andando el tiempo, le daría fama, respetabilidad y holgura para tener la vida digna a que todos aquellos artistas expatriados de sus pueblos andaluces tan sobrados de compás y arte como falto de todo lo demás aspiraron cuando cogieron ese primer tren que los dejaría en Atocha. En efecto, el joven Paco Cepero llamado por Caracol a su tablao, quizá no sabía entonces que en estado embrionario esperaban cientos de canciones que compondría para los más importantes cantantes de vario género de España, desde Julio Iglesias a Rocío Jurado, de Chiquitete a Lolita...


Decía antes que cada facies de su rica personalidad se corresponde a una parte de la biografía, de la lineal experiencia de su vida. Así podemos enmarcar el tiempo de tres discos solistas, sus primeros tres discos solistas -Flamenco de pura cepa, Abolengo y Corazón y bordón- a la vuelta a los orígenes, a su asentamiento en El Puerto de Santa María, frente al mar, su vuelta a Jerez, a la calle Encaramada, en San Miguel, donde nació . Es cuando comprende que aquí estaba su música, lo que él quería hacer desde hacía mucho. El Cepero vislumbrado en sus geniales toques de acompañamiento a los grandes del Flamenco del siglo XX -todos, desde Tío Borrico y La Paquera a Turronero o Camarón- estaba exigiendo al Cepero del éxito de sus canciones la construcción del universo sonoro que lo identificara... El artista sexagenario está empezando a pensar en legado flamenco, en herencia. En la otra herencia. Se llaman ya felizmente Flamenco de Pura Cepa, Abolengo y Corazón y bordón. Nada tan Cepero como esos discos. La propia vida, todo lo aprendido, lo soñado, lo sufrido, lo vivido está en estos tres discos maravillosos.


Qué verdad tan innegable que el artista que no se parece a sí mismo es copia de otro artista distinto y original. Cepero es Cepero puro en estos discos. Ahí está su “dedo gordo” famoso, su quiebro de delicadeza exquisita, su arrebato y ensoñación, su romanticismo y su pasión desbordada. No es necesario tener el oído diplomado para percibir tras el primer arpegio, el primer punteo, la falseta inicial que de Cepero se trata. Y la fácil dificultad de su rápido recorrido por las cuerdas de su guitarra llena siempre de duende y maravilla.

En esas estaba cuando lo llamamos Santiago Donday y yo para grabar Morrongo. Vino a Cádiz con su guitarra en la funda y su andar característico. No exigió nada. Fui el productor de ese disco maravilloso. Gracias a la generosidad y el arte de Paco Cepero, que condujo por el sendero adecuado a uno de los cantaores más ásperos y difíciles del Flamenco gaditano universal y, por suerte, hoy está ese disco.

Porque a pocos conozco tan aficionados al verdadero y genuino flamenco como Paco Cepero. Por eso su dos últimos de acompañamiento llevan los nombres de Rancapino y de Donday, dos grandes artísticas, dos grandes cantaores personales, únicos.

Y el siempre desasosegado Paco Cepero bullía para alumbrar algo que sólo conocíamos unos cuantos cercanos. Llegamos pues al final por el principio. En el fondo todas nuestras biografías son espacios circulares. Los premios, los reconocimientos, los homenajes (alguno falta de un modo sobresaliente, la predilección de Jerez por Paco Cepero, que se merece como pocos...) fueron llegando, siendo el momento culminante la entrega por Su Majestad El Rey de la Medalla de Oro de las Bellas Artes.

Ambicioso, como debe ser un artista, de arte, Paco Cepero quería componer una obra para Guitarra y Orquesta. Una obra sinfónica.


Finalmente un músico es un músico. Y Paco Cepero es un músico. Era lógico que quisiera una obra de más largo aliento. Eligió el modelo de Suite para Guitarra y Orquesta, y la inspiración en una ciudad que forma parte de su biografía, porque él la ama, le llena el alma de aromas de mar y viejos compases flamencos y carnavalescos. Miró el horizonte cercano del bicentenario de la Constitución y los dos siglos de flamenco que había heredado en las voces de los viejos maestros, como Tío Borrico, Paquera, Caracol... Se le aparecieron ya en su casa jerezana. A medida que avanzaba en las melodías e imaginaba la orquestación, creaba en definitiva su obra sinfónica, se sentía más firme y seguro, se convencía de que estaba construyendo la perla de una herencia múltiple, su Música. Es el punto y seguido, que no final, de una vida pletórica, rica, artística. Ningún discurso mejor que la propia música, el verdadero ser de este artista excepcional.

Hoy la trae aquí, a esta Real Academia de San Dionisio, que lo acoge con toda admiración y cordialidad como Académico Correspondiente. Es el punto y seguido, que no final, de una vida pletórica, rica, artística. Ningún discurso mejor que las muestras que oiremos de una obra extraordinaria.

Seguro estoy de que más honor recibe la Real Academia de San Dionisio al acoger a este verdadero artista que el que otorga a Ilmo. Sr. Don Francisco López- Cepero nombrándolo uno de los suyos.

Muchas gracias__________

   

_Presentación de Paco Cepero en la Real Academia de San Dionisio
con motivo de su ingreso como académico correspondiente_

Jerez de la frontera, 30 de octubre de 2012_

martes, 30 de octubre de 2012

PENAL DE CUATRO TORRES, LA CARRACA




































Hace unos meses, en la puerta del penal Cuatro Torres, en La Carraca, Asdrúbal Aguiar, un muy importante intelectual y político venezolano, ex ministro de la República, de la que llegó a ser Presidente accidental, con mucho convencimiento y convicción, me aseguró que se llegaría a un acuerdo con el Estado español sobre esta reliquia del siglo XIX en donde purgó una condena Francisco de Miranda, a quien traicionó Bolívar cambiando la historia revolucionaria hispano americana.

Miranda fue un "reo de Estado". En la primitiva biografía del generalísimo, obra del Hermano Nectario María, queda bien establecido. El gran historiador Guillermo Morón, también en la estancia del viejo penal de la Armada, en los años 80, me lo explicó con todo lujo de detalles. "Tan reo de Estado era -me dijo entonces Morón- que hasta le permitían "visitas femeninas". Sin embargo, en el imaginario nacional venezolano, ha hecho historia un cuadro de Michelena, pintor romántico, que retrata a un Miranda recostado sobre un jergón, en una mazmorra de las de grilletes en la pared junto al mar... de La Carraca.

La noche que Bolívar traicionó a Miranda es la última obra que sobre el Libertador se ha publicado. Se trata de una espléndida novela de J.J. Armas Marcelo, devoto antiguo del revolucionario de origen canario. Una anterior, de finales de los 80, escribió Denzil Romero, compatriota de Miranda, La tragedia del Generalísimo, uno de los mejores libros que yo he leído en mi vida. Quiero decir que todo esto es una muestra pequeña del crecimiento de Francisco Miranda en la actualidad venezolana. Se ha dicho que Venezuela estaría interesada en las Cuatro Torres. Pero los pasos van por Cuatro Torres penal, no Cuatro Torres Cádiz. La confusión se hace lógica con la distancia. Pero las Cuatro Torres que se conocen del Libertador son las del penal en donde murió, el Arsenal en cuyo pequeño cementerio fue enterrado, el lugar emocionante que visitan los venezolanos con verdadera unción. Y, por supuesto, el que ya estaría en preparativos de hacer algo si Hugo Chávez, bolivariano más que mirandino, no hubiera ganado las presidenciales. No sería una compra del inmueble sino un protocolo de Estado, una petición a los españoles para que el viejo penal fuera rehabilitado completamente y destinado a Museo de Miranda y a lugar de encuentro iberoamericano, en el marco excepcional del Arsenal histórico de La Carraca. 

Es lo que me dijo Asdrúbal Aguiar dentro del laberinto de su emoción por el sitio, el conocimiento real de la historia del revolucionario y los entresijos de la realidad venezolana, que ha llegado a vivir en una suerte de exilio interior, como tantos otros intelectuales y políticos venezolanos de la oposición a Chávez y al chavismo bolivariano, que los abochorna con su populismo y asusta con la violencia incontenible del día a día de aquella nación maravillosa.











📷EMS

domingo, 21 de octubre de 2012

PACO CEPERO_ REAL ACADEMIA de SAN DIONISIO_JEREZ




El Presidente y la Junta de Gobierno de la Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras
Se complacen en invitarle a la Sesión en la que dentro del
 “Otoño musical en la Academia” 
 tomará posesión como Académico Correspondiente el

EXCMO. SR. D. FRANCISCO LÓPEZ-CEPERO GARCÍA
“PACO CEPERO”

Guitarrista, Compositor y Medalla de Oro de las Bellas Artes, 
que estrenará la grabación de su obra sinfónica “Suite Gades”, compuesta en homenaje al Bicentenario de la Constitución de 1812 
y será presentado por el Académico Correspondiente

ILMO. SR. D .ENRIQUE MONTIEL SÁNCHEZ.

El acto se celebrará (D. m.) en nuestra Sede Social, Consistorio, 13
el Martes, 30 de Octubre a las 20,30 horas.

Jerez, Octubre 2012

domingo, 14 de octubre de 2012

A HARD RAIN'S A-GONNA FALL



Oh, where have you been, my blue-eyed son?
And where have you been, my darling young one?
I've stumbled on the side of twelve misty mountains,
I've walked and I've crawled on six crooked highways,
I've stepped in the middle of seven sad forests,
I've been out in front of a dozen dead oceans,
I've been ten thousand miles in the mouth of a graveyard,
And it's a hard, it's a hard, it's a hard, it's a hard,
It's a hard rain's a-gonna fall.

Oh, what did you see, my blue-eyed son?
And what did you see, my darling young one?
I saw a newborn baby with wild wolves all around it,
I saw a highway of diamonds with nobody on it,
I saw a black branch with blood that kept drippin',
I saw a room full of men with their hammers a-bleedin',
I saw a white ladder all covered with water,
I saw ten thousand talkers whose tongues were all broken,
I saw guns and sharp swords in the hands of young children,
And it's a hard, it's a hard, it's a hard, and it's a hard,
It's a hard rain's a-gonna fall.

Oh, what did you hear, my blue-eyed son?
And what did you hear, my darling young one?
I heard the sound of a thunder that roared out a warnin',
Heard the roar of a wave that could drown the whole world,
I heard one hundred drummers whose hands were a-blazin',
I heard ten thousand whisperin' and nobody listenin',
I heard one person starve, I heard many people laughin',
Heard the song of a poet who died in the gutter,
I heard the sound of a clown who cried in the alley,
And it's a hard, it's a hard, it's a hard, it's a hard,
It's a hard rain's a-gonna fall.

Oh, what did you meet, my blue-eyed son?
And who did you meet, my darling young one?
I met a young child beside a dead pony,
I met a white man who walked a black dog,
I met a young woman whose body was burning,
I met a young girl, she gave me a rainbow,
I met one man who was wounded in love,
I met another man who was woundedin hatred,
And it's a hard, it's a hard, it's a hard, it's a hard,
It's a hard rain's a-gonna fall.

And what'll you do now, my blue-eyed son?
And what'll you do now, my darling young one?
I'm a-goin' back out 'fore the rain starts a-fallin',
I'll walk to the depths of the deepest dark forest,
Where the people are many and their hands are all empty,
Where the pellets of poison are flooding their waters,
Where the home in the valley meets the damp dirty prison,
And the executioner's face is always well hidden,
Where hunger is ugly, where the souls are forgotten,
Where black is the color, where none is the number,
And I'll tell it and speak itand think it and breathe it,
And reflect from the mountain so all souls can see it,
And I'll stand on the ocean until I start sinkin',
But I'll know my song well before I start singin',
And it's a hard, it's a hard, it's a hard, and it's a hard,
It's a hard rain's a-gonna fall.

______ Bob Dylan





lunes, 8 de octubre de 2012

IMAGEN DE LA FELICIDAD

Tengo un violín. Si pudiera tendría un cello, un piano. Un bombardino. Amo la Música. Un día saqué el violín para tocarle a Claudia. Bueno, tocarle el violín es una demasía. Arrancarle unas notas a las cuerdas... Nos hicieron una foto que encuentro ahora. "La imagen de la felicidad" han sido las palabra que me han llegado viéndola. 

La felicidad es un montocitos de días así, de fotos así, como ésta con mi Claudia de mi corazón.